/p>>Cocina mediterránea elaborada con productos cántabros; un cuidado y agradable interiorismo retro;  una barra de picoteo y un paraje único junto a las playas de Somo y Loredo es la propuesta del restaurante La Bicicleta (Hoznayo, Cantabria) para este verano. Además, ha estrenado una renovada terraza de estética vintage.

La acogedora zona del bar, con su barra donde tomar un pincho y el suelo con baldosas de estilo hidráulico
La acogedora zona del bar, con su barra donde tomar un pincho y el suelo con baldosas de estilo hidráulico

Cristina Cruz y Eduardo Quintana son dos jóvenes cántabros que hace dos años y después de recorrer cocinas y ciudades de todo el mundo, crearon La Bicicleta en su pueblo natal, Hoznayo, para dar a conocer los productos locales de su tierra. Juntos dieron vida a un singular espacio, muy en línea de los restaurantes de estética retro-chic tan de moda ahora, que se prolonga a su remodelada terraza, donde se puede disfrutar de un almuerzo o cena rodeado de naturaleza.
La Bicicleta se ubica en una antigua casona del siglo XVIII que ellos mismos se encargaron de rehabilitar, convirtiéndola en un restaurante y bar con cocina a la vista y barra de pinchos.
Con el nombre de La Bicicleta quisieron rendir su particular homenaje a los veranos de la infancia: de ahí su estética retro en la que apuestan de forma clara por el reciclaje, con mesas utilizadas antiguamente en la matanza, contraventanas de madera reutilizadas en la barra, estanterías realizadas con cajas de agua de una vieja fábrica del pueblo o puertas recuperadas y pintadas a mano.
La terraza ha sido remodelada y convertida en un agradable espacio vintage donde comer o cenar
La terraza ha sido remodelada y convertida en un agradable espacio vintage donde comer o cenar

Una atmósfera y estética que se prolonga a su jardín, donde se aparcan antiguas bicicletas y cultivan su propio huerto con más de 100 plantas de frambuesas, 50 de fresas y hierbas aromáticas
Cocina cántabro-mediterránea
El coqueto comedor, donde se ha cuidado hasta el más mínimo detalle
El coqueto comedor, donde se ha cuidado hasta el más mínimo detalle

Un espacio en el que el tiempo se ha detenido y donde Edu propone una cocina mediterránea con toques modernos y con especial protagonismo de los productos de la zona. Entre ellos, los huevos eco de Anero, el pan de horno de leña, los helados artesanales de Puente San Miguel, las setas silvestres de la zona del Saja, las carnes pasiegas de Selaya…
Todos ellos se traducen en platos como el entrecorte laminado sobre salsa de boletus y crema de patata; el mero a la plancha con verduras braseadas, y raciones perfectas para compartir o picar como el tartar de aguacate, las anchoas ahumadas sobre queso de las Gamillas, la miniburguer de rabo de toro y foie, o las rabas de pulpo. Y para acompañar no faltan los vinos de la Costa de Cantabria y la sidra ecológica elaborada en Liébana.
No falta una carta de panes que incluye variedades como el de algas; mediterráneo con tomate, o de aceitunas Kalamata y nueces; sus variados dulces caseros con una buena selección de tartas, bizcochos y cupcakes; y su amplia carta de quesos de distintos países (como Appenzeller y Tete de Moine (Suiza), Morbier  o el francésComté) y regiones de España, como Mahón (Menorca), Pata de Mulo (Valladolid) o Idiazabal (País Vasco).
En definitiva, una oferta gastronómica tan singular, apetecible y refrescante como el propio restaurante.