/p>Ya se conocen las fechas de celebración del IX Concurso Nacional de Pinchos y Tapas de Valladolid: del 4 al 6 de noviembre en su sede permanente, la Cúpula del Milenio, situada en la Plaza del Milenio, a orillas del río Pisuerga. Allí estarán los 45 finalistas del único concurso de tapas que reúne a profesionales seleccionados de todas las Comunidades del país. En breve se abrirán las inscripciones para todos los profesionales que deseen participar.

La organización ultima los detalles para convocar a todos los profesionales especializados en tapas del país que deseen inscribirse en la fase documental, previa a la selección de finalistas. Entre los requisitos está que el pincho o tapa presentado no supere un coste en materia prima de 1,20 €, que se realice en vivo y en directo en menos de 25 minutos y que sea original.
El autor del pincho ganador se llevará 6.000 € y el título de Campeón nacional de pinchos y tapas.
Como es habitual, el jurado estará compuesto por profesionales de la hostelería y la comunicación. Durante tres sesiones catará, debatirá y decidirá el vencedor de esta novena edición. Goyo González, el maestro de ceremonias, amenizará el concurso relatando su secuencia e incidencias, dando voz a los participantes y al público asistente, lo que configura un espectáculo gastronómico único.

Un evento auténticamente nacional

El Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid es el único que acoge a participantes de todas las comunidades autónomas españolas.
El certamen se celebra desde el año 2005 e incluye entre sus actividades una jornada denominada “Encuentro Internacional de Escuelas de Cocina”, un certamen previo al concurso, propiciado por la Escuela Internacional de Cocina Fernando Pérez de Valladolid, en el que participan los alumnos de cocina de numerosos países.
El ganador del Concurso Nacional del año pasado, cuyo jurado presidió Albert Adriá, fue Neilton Marcelino de Olivera, chef del restaurante madrileño Baby Grill Rubaiyat, con la tapa «Pan, queso y vino«.
Una creación que,según el jurado, “tiene todos los elementos necesarios para ser valorada como la mejor tapa de España 2012: creatividad, puesta en escena, elegancia, equilibrio en sus ingredientes, comer en dos bocados y con los dedos, todo ello en un concepto de tapa e ingredientes muy reconocibles que se puede convertir en un clásico de las tapas”.