/p>>En menos de un año desde su lanzamiento llevaba vendidas más de 70.000 botellas y estaban presentes en más de 400 negocios. Ya está países como Alemania, Suiza, Francia o Reino Unido, y pretende ir más lejos. Es Gïk, el vino azul, y ha llegado para quedarse.

Copas de vino azul Gïk
El vino azul Gïk ha despertado el interés internacional

Profesional Horeca fue el primer medio que, en diciembre de 2014, daba a conocer Gïk, el primer vino azul del mundo.
Comercializado por jóvenes emprendedores españoles sin ninguna relación con el mundo del vino, Gïk ha revolucionado un sector tan tradicional como el vinícola con la «blasfemia» del «vino azul». 
Sus creadores afirman que intentan revolucionar una industria milenaria, “romper con el pasado e inventar el futuro”. Por eso, el vino azul no se adapta al gusto de expertos catadores ni expertos del sector, «sino al de personas normales», afirman y sobre todo a paladares golosos, dado el dulzor que lo caracteriza en boca, junto a su particular tono azul índigo.
Unos rasgos que no gustan precisamente a los bodegueros más tradicionales, pero que ha abierto el producto a un mercado internacional, y ya se está demandando desde países como Alemania, Suiza, Francia o Reino Unido.
A nivel nacional, Gïk se puede adquirir de modo on-line a través de la web www.gik.blue, en estuches de una, dos, seis y doce botellas. También cuenta con una sección específica para negocios, la Business Zone, en la que los comercios más innovadores pueden encontrar precios especiales para expandir esta «revolución azul».
Copa y botella del vino azul Gïk
Gïk se adquiere on-line en estuches de una, dos, seis y doce botellas

Así se elabora
Creado en distintas bodegas del país, el «vino azul» es una bebida alcohólica que se elabora mediante un proceso tecnológico desarrollado por el departamento de I+D de la propia firma en colaboración con empresas de tecnología agroalimentaria.
Se crea mezclando uva tinta y blanca y añadiendo dos pigmentos orgánicos (uno que incluso se encuentra en la propia piel de la uva tinta); el resultado es un producto suave, dulce y fácil de beber. Un vino azul que, además, carece de reglas: se bebe en el momento, lugar y situación que apetece.
¿Sugerencias de maridaje? Se recomienda probarlo con sushi, nachos con guacamole, salsa tzatziki, pasta carbonara, salmón ahumado… «o lo que apetezca».
Gïk no lleva azúcares añadidos. Los procesos para elaborarlo están regulados por la European Food Safety Authority y han recibido la aprobación de las instituciones que evalúan de manera continua la seguridad y sus condiciones de uso.
De momento, su mayor comprador online son consumidores de ambos sextos de entre 25 y 34 años, que no han crecido bebiendo vino, sino refrescos azucarados, cerveza y licores.