/p>>El restaurante Windsor, uno de los referentes de la cocina catalana en Barcelona, se ha transformado en los últimos meses: ha abierto una agradable terraza-jardín; ha ampliado su oferta gastronómica con una carta de tapas, y además ha reformado su interior de la mano de una de las grandes en el mundo del interiorismo: Sandra Tarruella. Una completa actualización que ha tenido lugar en el momento en que Joan Junyent, director y jefe de sala, ha entrado en la propiedad del establecimiento.

La agradable terraza de Winsor, un oasis de tranquilidad y frescor
La agradable terraza de Winsor, un oasis de tranquilidad y frescor

La nueva terraza interior del Windsor es un refrescante oasis en el centro de la ciudad, con el sol y la tranquilidad que ofrece un interior de manzana del Eixample barcelonés: el restaurante está enclavado en un espléndido edificio modernista de la calle Córcega.
Este año interior del restaurante ha crecido gracias a la terraza, un fresco espacio en el que las plantas, la luz, las sillas de mimbre y los bancos de madera añaden a Windsor un aire más informal, más joven y abierto a nuevas propuestas.
De hecho, la terraza es el complemento ideal a la oferta del restaurante. Puede albergar hasta 56 comensales, 32 de ellos al aire libre y el resto en el porche. Además, ofrece la posibilidad de ser reservada en exclusiva, a modo de jardín privado.
Platos sugerentes de cocina catalana actualizada
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Nueva oferta culinaria
La inauguración de la nueva terraza ha impulsado la creación de una nueva carta de tapas en la que se puede encontrar desde el mejor caviar o las ostras más delicadas hasta unas rústicas patatas bravas o una tradicional pelota de caldo, además de medias raciones de los platos que se ofrecen en la carta del restaurante.
Con este nuevo formato se pretende dar más opciones al cliente y ofrecer no sólo una comida tradicional a la carta, sino también algo más flexible y divertido. Si el cliente lo desea también puede comer o cenar en la sala principal y salir a la terraza a tomar los postres, un buen gin tonic o un disfrutar de un puro.
Esta nueva oferta culinaria se suma a los menús que ofrece el restaurante: un menú diario de mercado a 29,50 euros, todos los mediodías de lunes a sábado,  y dos menús de degustación (el «Petit àpat gastronòmic», que es sorpresa, sin vinos, a 49, 40 euros,  y «Les nostres millors creacions», a 75 euros sin vinos, y a 99 euros con maridaje ).
Carlos Alconchel, el jefe de cocina de Windsor, desarrolla estas propuestas basándose en el respeto por la tradición pero con un toque justo de actualidad que convierte a este restaurante en un lugar de referencia para entender la evolución de la cocina catalana.
Las recetas catalanas de toda la vida, en manos de Carlos Alconchel, parecen otras; son más frescas, más atrevidas y más ligeras. Pero en la carta de Windsorr hay platos que se han mantenido inalterables con el paso del tiempo, como la merluza de palangre con asado de alcachofas, el arroz a banda, el steak tartar de filete cortado a cuchillo, los pies de cerdo rellenos de butifarra del perol, la espaldita de cordero de leche a las 12 horas o la aclamada crema catalana ‘Windsor’.
Carlos Alconchel, el chef, es un cocinero joven (35 años), autodidacta y profundamente influenciado por dos maestros de la cocina catalana, Carles Gaig y Nandu Jubany, además de por los ocho años que compartió, como segundo chef, con Ignasi Colomer, el cocinero que dejó Can Gaig para ayudar a Joan en su primera etapa como directivo.
La nueva carta de tapas
La nueva carta de tapas

Windsor y Joan Junyent
Carlos Alconchel y Joan Junyent, chef y maitre-copropietario de Winsor
Carlos Alconchel y Joan Junyent, chef y maitre-copropietario de Windsor

La actualización del restaurante se ha producido además en el momento en que Joan Junyent, director y jefe de sala durante los últimos 15 años, ha pasado a ser copropietario de Windsor. Y es que la historia del restaurante no se puede entender sin la de Junyent, que entró a trabajar en la casa con 23 años, como camarero, el mismo año de su fundación (1996); y sólo nueve meses más tarde pasaba a dirigir la sala, y antes de cumplir su primer año como maitre se convertía en director.
Windsor y Joan han ido evolucionando a la par y ambos están hoy en su mejor momento. En sus 17 años de andadura han logrado el equilibrio entre una cocina actual al tiempo que tradicional, entre un ambiente accesible y fresco pero también elegante, entre un servicio próximo y agradable pero con la debida distancia; un equilibrio, en definitiva, entre la juventud y la madurez.
Hoy, a sus 40 años, tras más de 16 de entrega a Windsor, Joan Junyent quiere  mantener el modelo e impulsarlo con más fuerza que nunca.
Un nuevo look actualizado
El estudio de la interiorista Sandra Tarruella se ha ocupado de la actualización del restaurante, que le ha dotado de una nueva entrada, ahora más llamativa, de un bar totalmente renovado y de la terraza al aire libre, la mayor novedad de este año.
La espectacular entrada y la cálida barra del bar
La espectacular entrada y la cálida barra del bar

El vestíbulo, con una majestuosa entrada decorada con plantas y techos con relieves, y la barra, cálidamente iluminada, dan la bienvenida al comensal y le anticipan el sosiego que encontrará en el interior.
Los reservados ocupan el espacio que mira a la calle Córcega: dos ambientes versátiles que se pueden convertir en uno solo, con grandes ventanas a una de las calles más gastronómicas del ensanche barcelonés.
La sala del restaurante y la terraza
La sala del restaurante y la terraza

El espacio central del restaurante lo ocupa la sala principal, caracterizada por la luz natural, los colores suaves, las obras de artistas contemporáneos (Pau Alemany, Robert Llimós, Josep Guinovart), las lámparas de cristal, los techos con sus relieves originales, la iluminación cuidada y las mesas cubiertas con manteles de hilo. Es el corazón de Windsor,