/p>>Aunque se vislumbre el final de la crisis, esta situación no se ha trasladado todavía al bolsillo de los ciudadanos y los hogares españoles vigilan y mucho lo que gastan. Ello afecta de lleno al consumo fuera del hogar y se sigue repitiendo la tendencia de los últimos años: la ‘vuelta a la madriguera’. La principal consecuencia de esta transformación es que en el último año la hostelería ha perdido 7.000 establecimientos.

Éstas son algunas de las principales conclusiones del informe anual Nielsen 360, que ofrece una visión global y completa de las tendencias de consumo dentro y fuera del hogar en España y aborda también la evolución en el canal horeca. El estudio confirma la tendencia de los últimos años de la ‘vuelta a la madriguera’, es decir, la inclinación del consumidor a contener su gasto, consumiendo en casa buena parte de lo que antes consumía fuera para ahorrar.
La consecuencia inmediata del recorte del gasto fuera del hogar es que en el último año un total de 6.923 establecimientos hoteleros echaron el cierre. Por categorías, la más sacrificada fue la de los bares y cafeterías, que vio desaparecer 3.063 locales, seguida de la del ocio nocturno, cuyo número descendió en 1.625 establecimientos (el mayor descenso en términos relativos), y de los hoteles y restaurantes, que se dejaron 1.316 unidades por el camino.

Cuadro sobre el número de establecimientos hosteleros
Este cuadro del estudio Nielsen muestra cómo en los últimos 5 años han desaparecido 25.000 establecimientos hosteleros

Los establecimientos de cash & carry, aunque mantienen su número prácticamente estable en 2013, (647 establecimientos), también acusaron el descenso de las categorías de bebidas en su principal cliente, que es la hostelería.
Las bebidas, las más afectadas… salvo el gin-tonic
A este respecto, el consumo de bebidas en bares y restaurantes cayó en 2013 más de un 4%, casi un punto porcentual más que en 2012. Las bebidas alcohólicas de alta graduación fueron las que registraron un descenso más acuciado, con una bajada del 8,8%. No obstante, no todo es negativo:  el ‘boom’ del gin tonic es el responsable de que tanto la ginebra como la tónica sean de las pocas bebidas con ratios positivos en hostelería en 2013, con crecimientos en volumen del 2,1% y 2,2%, respectivamente, y un largo recorrido todavía por delante.
El mercado de bebidas en la hostelería
El segmento de bebidas alcohólicas de baja graduación es el que más peso tiene en el canal horeca

El resto de bebidas que habitualmente se consumen en los establecimientos de ocio tuvieron un comportamiento negativo fruto de la contención en el gasto fuera del hogar de los españoles. Desde la clásica caña, que cayó un 2,7% en 2013, a los vinos sin Denominación de Origen, que descendieron un 6,2%. Sólo los vinos con Denominación de Origen experimentaron un crecimiento del 1,7% impulsados por el reconocimiento de calidad de este sello.
Dentro de las bebidas alcohólicas de baja graduación en horeca sólo crece el vino con DO
Dentro de las bebidas alcohólicas de baja graduación en horeca sólo crece el vino con DO

Tampoco se libran de los descenso en el canal horeca las bebidas no alcohólicas, ya que su evolución en 2013 fue negativa, con una caída del 5,1%. Incluso aquellos elementos de consumo tradicional en bares y restaurantes, ligados a los desayunos y las meriendas, como el café, la leche o los batidos experimentaron una caída del 6,3%.
Tendencias en gran consumo
Resulta interesante analizar también las conclusiones del informe Nielsen 360 respecto al gran consumo. Así, el cambio de tendencia en los hábitos de consumo de los ciudadanos y el impacto de la crisis económica han dibujado una nueva realidad en la que los supermercados salen reforzados frente al comercio tradicional y son el único canal que continúa creciendo.
En este sentido, el director general de Nielsen, Gustavo Núñez, asegura que “muchos compradores optan por hacer compras más frecuentes, gastando menos en cada una de ellas, con el fin de controlar su gasto. De hecho, los consumidores acuden entre dos o tres veces por semana a sus establecimientos habituales”. Las familias españolas  ajustan más el gasto al nivel real de consumo previo a la crisis a la hora de hacer la compra y se muestran predispuestas a visitar nuevas tiendas en su entorno de proximidad e incluso web para conocer si su oferta comercial es más conveniente.
Y es que el precio es un factor esencial para el comprador español, hasta el punto de que un 67% reconoce ser plenamente consciente de cuánto cuesta lo que compra,e incluso un 46% aprecia cuando se modifican al alza o a la baja los precios.
Atención a las nuevas tendencias emergentes por las que los españoles se muestran dispuestos no sólo a apostar sino a pagar incluso un 10% más de media: ahí están los productos basados en el comercio justo, los sostenibles o aquellos fruto de la agricultura ecológica, que están dando lugar a la apertura de tiendas especializadas a pie de calle.