¿Cómo nos alimentaremos en el futuro más cercano? ¿Qué, cómo y dónde comeremos? ¿Daremos prioridad a la salud a la hora de alimentarnos? Azti presenta las nueve grandes tendencias alimentarias que definen a los nuevos consumidores, sus preferencias y formas de consumo.

Imagen de una de las nueve tendencias alimentarias de Azti
La comida deberá adaptarse en los próximos años a los nuevos ritmos de vida urbanos, con alimentos disponibles en cualquier momento y lugar

Azti, el centro tecnológico especializado en investigación marina y alimentaria, presenta su nuevo estudio sobre las tendencias alimentarias a nivel mundial o «EATendencias«.
Para ello ha analizado durante los últimos años las formas de consumo y las demandas de los consumidores y ha determinado nueve tendencias alimentarias, que ya se detectan en la actualidad y que se extenderán y consolidarán en los próximos años: Alimentación efímera, Alimentación conciencia, Salud personalizada, A mi medida, Simple e inteligente, El origen sí importa, Experiencia alimentaria, y Participación y conciencia.

  • La ‘Alimentación efímera’ hace referencia a que en los próximos años el consumo de comida deberá adaptarse a los nuevos ritmos de vida urbanos, con alimentos disponibles en cualquier momento y lugar y que supongan una satisfacción instantánea, sin merma de calidad y salubridad.
  • La ‘Alimentación conciencia’ se refiere a la apuesta cada vez mayor por productos y servicios que sean sostenibles medioambientalmente y que no conlleven maltrato social o animal en ninguno de los eslabones de su cadena de producción.
  • El conocimiento cada vez mayor del propio estado de salud lleva a los consumidores a gestionar su estado de salud y apostar por una dieta personalizada, con productos saludables y adaptados a sus necesidades concretas. Esta apuesta por la ‘Salud personalizada’ se complementa con el concepto ‘A mi medida’. El consumo se ha convertido en una nueva forma para expresar la identidad personal de cada individuo y, por tanto, el público demanda productos y servicios alimentarios que contribuyan a reforzar esa identidad.
  • En el frenético ritmo de vida actual, las personas apuestan por lo ‘Simple e inteligente’ y reclaman soluciones flexibles y accesibles que les ahorren tiempo y les ayuden a tener una vida más fácil. En este contexto actual de ritmo acelerado y globalización, está surgiendo, de forma paralela, una importante preferencia por lo local y lo cercano, que demuestra que ‘El Origen sí importa’.
  • Los consumidores, a la hora de comer, buscan más allá de la simple compra de un producto, una ‘Experiencia alimentaria’ que les aporte un momento único y memorable. La diversión, la atracción por la novedad y la búsqueda de estados emocionales (felicidad, relajación, excitación…) forman ya parte del universo de la alimentación.
  • Por otro lado, las nuevas tecnologías están favoreciendo una cultura participativa en torno a la alimentación. Los consumidores no son simplemente receptores de comida; mediante la ‘Participación’ pueden opinar, aprender e influir en los gustos y en las demandas de nuevos productos. Un ejemplo del empuje de la participación entre consumidores se encuentra en el beneficio producido por las plataformas de consumo colaborativo, que superará los 3.500 millones de dólares en 2015.
  • La ‘Conciencia’ es, finalmente, una tendencia en alimentación que lleva a las personas a apostar por productos, empresas y marcas que sean más abiertas, honestas, empáticas, generosas e incluso divertidas. Los consumidores buscan productos con los que puedan identificarse y que la relación entre el sector alimentario y las personas se base en la confianza y transparencia. El consumidor se identifica con aquellas empresas que comparten o que están en  línea con sus valores personales.

En definitiva, las previsiones detectadas por Azti apuntan hacia una alimentación adaptada a las necesidades del ritmo de vida urbano actual, una mayor concienciación de la salud y del respeto al medio ambiente, la demanda de alimentos adaptados a necesidades específicas de cada persona y la consideración de la comida como una fuente de placer y entretenimiento.
Conocer los nuevos modelos de consumo permitirá a las empresas del sector alimentario adaptar sus productos y servicios a las expectativas de los consumidores, lo que redundará en la competitividad y rentabilidad del sector.