/p>>Ya es definitivo: los establecimientos de hostelería, restauración y servicios de catering ya no podrán ofrecer a los consumidores aceiteras rellenables y sin etiquetar desde el 1 de enero de 2014, según recoge la nueva norma aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros. La respuesta de los hosteleros ha sido inmediata: esta medida encarecerá el aceite y tendrá un fuerte impacto medioambiental, advierten.

Aceitera
Las habituales aceiteras rellenables en las mesas de los restaurantes pasarán a ser historia

La nueva norma establece que los aceites que se pongan a disposición del consumidor en los establecimientos hosteleros deberán presentarse en envases etiquetados, con un sistema de apertura que pierda su integridad tras su primera utilización y que dispongan de un sistema de protección que impida su rellenado.
La norma contempla también la posibilidad de utilización de las existencias de aceites adquiridos antes de su entrada en vigor. De esta forma, los aceites de oliva y los de orujo de oliva comprados por los hosteleros antes del 1 de enero de 2014, podrán seguir poniéndose a disposición del consumidor final hasta el 28 de febrero del próximo año.
Los hosteleros, preocupados
La respuesta de la hostelería ante la nueva norma no se ha hecho esperar. El secretario general de la Federación Española de Hostelería (Fehr)Emilio Gallego, ha afirmado que el sector está preocupado por la incidencia en los costes que les pueda suponer la prohibición del uso de aceiteras rellenables.
En declaraciones a Efeagro, Gallego ha expresado que «es evidente que esta medida puede tener una incidencia, pero cuantificarlo siempre es difícil». Muy posiblemente se encarecerá el producto, al tener que disponer los bares y restaurantes de un recipiente más costoso, ya sea en formato monodosis o en recipientes irrellenables.
Los hosteleros españoles están preocupados por el impacto medioambiental, ya que «se van a multiplicar los envases de usar y tirar», y por el desperdicio alimentario, porque en pocas ocasiones en las que se consume todo el contenido de las monodosis. No obstante, señala el secretario de la Fehr , «no nos queda más remedio que acatar la norma», aunque «nos hubiera gustado que la medida no hubiera venido por la imposición. Queda mucho en positivo por hacer en el posicionamiento del aceite de oliva español en el sector hostelero».
En su opinión, el aceite de oliva español «está ahora mismo perfectamente representado en los locales de hostelería, y los formatos de dispensación actuales no suponen ningún problema, ni de seguridad alimentaria, ni de fraude al consumidor.
Botellas de aceite de oliva
Los hosteleros creen que el aceite de oliva está perfectamente representado en los locales de hostelería, y los formatos actuales no suponen ningún problema, ni de seguridad alimentaria, ni de fraude al consumidor

Para el el presidente de la asociación Hostelería Riojana, Francisco Martínez Bergés, quienes más pueden notar el impacto de esta medida son los bares y restaurantes que trabajan con menús diarios, cuyos precios, en general, no superan los 12 euros.
En general la hostelería compra el aceite de oliva en garrafas de cinco litros, cuyo coste no es el mismo que adquirirlo en envases de litro o individuales, por lo que opina que la prohibición de aceiteras rellenables encarecerá el producto.
Para el el director general de la asociación hostelera Arbacares, Enrique Arévalo, la prohibición supondrá «un enorme encarecimiento del producto«, que la hostelería «tendrá que repercutir, en última instancia, en el precio». A su juicio, el Ministerio de Agricultura «no ha medido realmente las consecuencias que puede tener para el sector hostelero y el consumidor».
Objetivo: mejorar la imagen del aceite de oliva
Muy distinta es la opinión del Ministerio. La prohibición de las aceiteras rellenables se se enmarca en el contenido del Plan de acción sobre el sector del aceite de oliva de la Unión Europea, que establece una serie de medidas encaminadas a mejorar la competitividad del sector oleícola. Entre ellas se encuentra estimular a los Estados miembros a exigir la utilización de envases que no permitan el relleno en los establecimientos de hostelería.
Esta norma, que ya está vigente en otros países como Italia y Portugal, persigue avanzar en la garantía de la calidad y autenticidad de los aceites puestos a disposición del consumidor final.
También tiene como objetivo mejorar la imagen del producto, en particular de las denominaciones de origen protegidas y las indicaciones geográficas protegidas y de las marcas productoras consolidadas en el mercado. Además, pretende informar mejor al consumidor sobre las características del aceite que se pone a su disposición.
Según el el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, «España mantiene así su firme compromiso con todas aquellas medidas que contribuyan a reforzar la competitividad de este sector, que constituye en muchísimos casos el único punto de contacto de los turistas que visitan España con el aceite de oliva. El que puedan encontrar un producto de calidad, bien presentado y adecuadamente manejado supone, sin ninguna duda, una buena carta de presentación del aceite, lo que facilitará un incremento de la demanda de nuevas exportaciones».