Sigan a estos chefs: son los 20 finalistas del Basque Culinary World Prize (BCWP), el premio internacional promovido por Basque Culinary Center y el Gobierno Vasco para distinguir a chefs con iniciativas transformadoras para mejorar la sociedad.

Imagen de la web del Basque Culinary World Prize
Esta selección es una representación amplia y plural que muestra la evolución alcanzada por la gastronomía después de que una generación de chefs comprendiera que podía contribuir con la sociedad más allá de la cocina. A ella pertenecen pioneros como Alice Waters o Dan Barber en Estados Unidos; Claus Mayer y René Redzepi en Dinamarca; Jamie Oliver y Heston Blumenthal en Reino Unido; Gastón Acurio en Perú, o Massimo Bottura en Italia.
Los chefs finalistas del Basque Culinary World Prize provienen de países tan diversos como Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Italia, México, Reino Unido, Sudáfrica y Venezuela, y emprenden iniciativas vinculadas con campos como el desarrollo social, la educación, la innovación, la economía local, la salud, el medio ambiente, la industria alimentaria…
Independientemente del ganador,  que se dará a conocer en julio, todos y cada uno de estos chefs merecen un aplauso unánime por dar testimonio del poder que tiene la gastronomía como motor de cambio.

Los 20 chefs finalistas

Alberto Crisci, Reino Unido: Está a cargo de The Clink, un proyecto con el que ha abierto restaurantes en cuatro prisiones del Reino Unido, donde los presidiarios se ocupan de la cocina y el servicio. La iniciativa es parte de un programa de entrenamiento que busca dar herramientas a los reclusos para que consigan empleo al salir, promoviendo la rehabilitación y reinserción.
Alicia Gironella, México: Activista, investigadora y divulgadora del acervo mexicano, impulsa proyectos como Semillatón, creado para evitar que especies vegetales locales cayeran en riesgo de extinción. Rescata y multiplica semillas de maíz nativas de la Sierra Tarahumar, para depositarlas en bancos comunitarios y repartirlas entre agricultores clave de la comunidad.

Todos y cada uno de estos chefs merecen un aplauso unánime por dar testimonio del poder que tiene la gastronomía como motor de cambio

Ángel León, España: Con dos estrellas Michelin por su restaurante Aponiente, en la Bahía de Cádiz, el denominado chef del mar es promotor del aprovechamiento de la pesca de descarte. Trabaja en I+D junto a universidades e instituciones en oportunidades de desarrollo, buscado una nueva manera de ver y vivir el océano.
Ann Cooper, EE UU: Para reducir los altos índices de obesidad infantil en Estados Unidos, e inculcar hábitos de alimentación saludable en las nuevas generaciones, creó Chef Ann Foundation, cuya labor consiste en brindar herramientas a escuelas primarias para que puedan prescindir de alimentos altamente procesados en favor de una comida sana y fresca, preparada diariamente en las escuelas.
Carlos Zamora, España: A la cabeza de Deluz, promueve un modelo sostenible y responsable de gestión de restaurantes y personas. Destaca por las relaciones que establece con productores y agricultores ecológicos locales, así como por su vínculo con entidades sociales en proyectos como Depersonas, un catering en el que emplea y potencia a personas con discapacidad intelectual.
Daniel Boulud, Francia / Estados Unidos: El reconocido chef francés es el codirector de Citymeals on Wheels, una iniciativa caritativa en Nueva York que busca atender con comidas sanas y nutritivas a personas de la tercera edad que por alguna condición física o mental son incapaces de comprar alimentos y/o cocinar por sí mismos. A través de Chefs Deliver, el chef francés involucra a sus pares en una cadena de apoyo y distribución de comidas para la organización.
David Hertz, Brasil: Defensor del movimiento de gastronomía social, creó hace diez años Gastromotiva, en São Paulo, para darle capacitación culinaria a jóvenes en zonas populares, para luego insertarlos en un mercado laboral ávido de personal competente. Ha logrado construir una red de apoyo comunitario, que incluye talleres para niños y cursos de cocina en cárceles. Hoy el proyecto se extiende en Río de Janeiro, Salvador de Bahía y Ciudad de México.
Gabriel Garza, México: En contacto con la fundación Destellos de Luz, en Monterrey, trabaja para contribuir, desde la enseñanza, con que ciegos o personas con limitaciones visuales sean autónomas, dictando talleres para que aprendan a cocinar por sí solos y adquieran habilidades que luego puedan servirles para conseguir empleo o generar ingresos.
Jessamyn Rodriguez, Canadá / Estados Unidos: Creó Hot Bread Kitchen en Harlem para ofrecerle a mujeres inmigrantes y/o en situación de exclusión, un programa remunerado de entrenamiento en panadería, que dura nueve meses, después del cual busca insertarlas laboralmente. Cuenta con una incubadora para ayudar a que hombres y mujeres emprendan y consigan independencia económica.
José Andrés, España/Estados Unidos: Después de que el huracán Katrina devastara Haití, este chef lanzó World Central Kitchen, aprovechando la experiencia de su red de cocineros para apoyar a los locales con infraestructura y capacitación para atender temas alimenticios y sanitarios en escuelas, además de organizar talleres para potenciar el nivel de quienes trabajan en la restauración.
Joshna Maharaj, Sudáfrica/Canadá: Activista abocada a la alimentación en hospitales, trabaja en el rediseño de sistemas que puedan asegurarle mejores comidas a los pacientes. Involucra a proveedores ecológicos, modifica la manera en que los cocineros asumen su oficio en las clínicas y cambia los códigos de servicio, promoviendo cambios en las políticas públicas del sector.
Kamilla Seidler, Dinamarca y Michelangelo Cestari, Venezuela: Conforman el tandem elegido por Claus Mayer para llevar hasta La Paz a su organización Melting Pot, la cual creó en Dinamarca, en 2010, para propiciar cambios sociales a través de la gastronomía. Abrieron Gustu, un restaurante escuela con el que forman a pequeños grupos de jóvenes excluidos socialmente; a la vez que  exploran y difunden la riqueza de un país gastronómicamente desconocido como Bolivia.
Leonor Espinosa, Colombia: Defensora de la herencia culinaria colombiana, lleva la fundación Funleo, con la que reivindica tradiciones de comunidades locales y potencia el uso de recursos autóctonos disponibles. Trabaja directamente con grupos rurales, indígenas o afrodescendientes, brindando oportunidades de formación culinaria y capacitación en procesos agrícolas.
Manoela Buffara, Brasil: En Curitiba, Manoela montó un restaurante de cocina contemporánea, apéndice de un trabajo cercano con más de 20 productores de Ilha Rasa, a 80 kilómetros de la ciudad. Contribuye a estimular la economía y la inserción social de productores locales. Recrea además formas tradicionales de cultivo y difunde el uso sostenible de variedades agrícolas autóctonas poco conocidas.
Margot Janse, Holanda: En Sudáfrica, la chef lidera Isobelo, una iniciativa que comenzó con un pequeño gesto, repartiendo muffins los viernes a los chicos desfavorecidos de una escuela cercana a su restaurante The Tasting Room. En el tiempo, ha logrado producir 1.300 comidas diarias, garantizando alimentos para los estudiantes de tres escuelas.
Maria Fernanda Di Giacobbe, Venezuela: En torno al cacao criollo como fuente de identidad, cultura y riqueza económica, ha articulado una red de educación, emprendimiento y desarrollo en comunidades productoras. Se empeña, sobre todo, en brindar oportunidades a mujeres vulnerables económicamente, a las que capacita y convierte en microempresarias del chocolate.

Los chefs seleccionados han emprendido iniciativas vinculadas con campos como el desarrollo social, la educación, la innovación, la economía local, la salud, el medio ambiente, la industria alimentaria… Son historias inspiradoras para toda la profesión

Massimiliano Alajmo, Italia: El chef de Le Calandre -el más joven en recibir tres estrellas Michelin en Italia- impulsa Il Gusto per la Ricerca, una organización con la que, desde hace 12 años, recauda fondos para financiar la investigación de enfermedades neoplásicas infantiles en Padua, a través de iniciativas como Tavole Trasparenti, en la que involucra a distintos actores del gremio.
Nani Moré, España: Fundadora de la Asociación de Comedores Ecológicos de Cataluña. Procura concientizar e incidir en hábitos de consumo de la alimentación infantil. Guionista y directora del documental El plato o la vida (2012), colaboró con una moción del Parlamento de Cataluña, con la que se buscaba, por decreto, que los comedores escolares se asuman como espacios educativos.
Rodolfo Guzmán, Chile: Desde la innovación y la investigación, explora la despensa endémica de su país. En su restaurante Boragó identifica posibilidades, documenta hallazgos y abre vías para compartir conocimientos necesarios en la búsqueda de nuevas fuentes alimenticias. Trabaja junto a comunidades mapuches y centros de investigación con el objetivo de concientizar y motivar cambios de consumo.
Teresa Corçao, Brasil: Promotora de un hondo trabajo en torno a la tapioca, creó el Instituto Maniva para propiciar apoyos y oportunidades a productores ecológicos. Además articula la red de colaboración Ecochefs, para tender puentes entre consumidores, productores y cocineros alrededor de un interés compartido:  fomentar un consumo consciente y sostenible de productos locales. Divulgadora, produce documentales para concienciar.

El finalista, el 11 de julio

Uno de ellos será el ganador del Basque Culinary World Prize (BCWP), que será anunciado el 11 de julio de 2016, después de la reunión de un jurado presidido por Joan Roca y conformado por los demás chefs del Consejo internacional del Basque Culinary Center: Gastón Acurio (Perú), Ferran Adrià (España), Alex Atala  (Brasil), Dominique Crenn (Estados Unidos), Dan Barber (Estados Unidos), Heston Blumenthal (Reino Unido), Massimo Bottura (Italia), Michel Bras (Francia), Yoshihiro Narisawa (Japón), Enrique Olvera (México) y René Redzepi (Dinamarca).
Como invitados especiales, el jurado incluirá también a expertos internacionales como el escritor e investigador estadounidense Harold McGee; Massimo Montanari, historiador, profesor y gastrónomo, entre los mayores especialistas en Historia de la Alimentación; la escritora mexicana Laura Esquivel, y Hilal Elver, relatora especial en Derecho a la Alimentación en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.