/p>>Los nuevos modelos hoteleros recuperan viviendas privadas para ofrecer al huésped una experiencia personal, cálida y «hogareña». Es el caso del barcelonés Casa Mathilda, un acogedor «bed & breakfast» con un interiorismo muy especial.

La recepción de Casa Mathilda
La recepción de Casa Mathilda, sencilla y acogedora, anticipa cómo va a ser el interior

Abierto en verano de 2014, Casa Mathilda es un proyecto de Espacio en Blanco, estudio liderado por la interiorista Bárbara Aurell. Ubicado en pleno Ensanche de Barcelona (Roger de Llúria, 125-127) este cuidado alojamiento se encuentra en el piso principal de un edificio de principios del siglo XX.
Hasta el último detalle de la decoración, sencilla y funcional, ha sido pensado con mimo para que los huéspedes se sientan como en casa.
Salones comunes en Casa Mathilda
Bárbara Aurell ha realizado un minucioso trabajo de recuperación de los elementos originales de la casa

Bárbara Aurell ha realizado un minucioso trabajo de recuperación de los elementos originales de la casa, desde los picaportes de latón hasta los suelos en madera de roble, que se han combinado con nuevas baldosas hidráulicas, creando una atmósfera muy especial.
También se han recuperado las altísimas puertas originales con vidrieras, utilizándolas como puertas correderas de algunas de las zonas comunes. Y algunas de las molduras originales de los techos se han reconvertido en marcos de espejos y estanterías, que, junto al mobiliario estilo vintage, crean un ambiente con gran personalidad.
Sala común en Casa Mathilda
Un toque vintage, sencillo y funcional en la sala común

Todo ello contribuye al confort y la tranquilidad que Casa Mathilda transmite a sus huéspedes. Las tonalidades pastel de las baldosas hidráulicas, y los tonos suaves de telas, cortinas y paredes ayudan a crear esa armonía.
14 habitaciones
Casa Mathilda cuenta con 14 habitaciones, todas ellas con luz natural procedente de los grandes ventanales del edificio. Algunas de las estancias tienen acceso directo a la agradable terraza, que da a un patio interior de manzana; un oasis que permite evadirse del bullicio de la ciudad. Cuatro de las habitaciones cuentan con una zona chill out apta para familias.
Una de las acogedoras habitaciones de Casa Mathilda, que da a la terraza
Una de las acogedoras habitaciones de Casa Mathilda, que da a la terraza

Este bed&breakfast es una apuesta muy personal de Assumpta Baldó, la propietaria, que para redondear la experiencia prepara unos desayunos deliciosos, con tartas caseras, zumos naturales, frutas de temporada y distintos tipos de panes artesanales.
“Si tuviera que definir este hotel lo haría como un espacio creado por personas para personas”, explica Bárbara Aurell. “He querido huir de los alojamientos impersonales y fríos. Gracias a la distribución de los espacios y a la filosofía de su propietaria, los huéspedes se encuentran como en casa. Pueden circular libremente por la cocina y los espacios comunes, incluso organizar sus propias cenas”, añade la interiorista.
Terraza de Casa Mathilda
La tranquila terraza, un oasis en el bullicio de la ciudad, que da al patio de manzana

La casa puede alquilarse también entera, y está acondicionada para el acceso a minusválidos. Un nuevo estilo de alojamiento hotelero, a caballo entre el hotel y el apartamento vacacional, que actualiza el concepto de bed&breakfast.
La calidez del hogar con la eficiencia de un buen hotel: esas son las claves de Casa Mathilda, una tendencia en auge.
Habitaciones en casa Mathilda: todas diferentes, y todas sencillas, funcionales y acogedoras
Habitaciones en casa Mathilda: todas diferentes, y todas sencillas, funcionales y acogedoras