/p>>«Verde y Negro» es un novedoso concepto hostelero que ha recibido este verano el Premio Radar a la mejor iniciativa empresarial innovadora relacionada con el mundo del café. Una propuesta que marida café, coctelería y repostería asturiana, productos ecológicos, cultura, actividades sociales y la posibilidad de que los clientes tomen parte en la producción de algunas de las materias primas utilizadas en los productos que consumen.

La segunda edición de los Premios Radar a la Iniciativa Empresarial Innovadora en Asturias, convocados por el Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI), incluía por vez primera una categoría relacionada con el mundo del café y la hostelería, promovida y patrocinada por la firma cafetera Cafento.

El proyecto Verde y Negro, del arquitecto Alberto González y la abogada Almudena Cueto (Estudio Tariru) resultó ganador en esta categoría hostelera. Propone la recuperación de un inmueble familiar en un entorno rural del Principado, en el municipio de Aller.
Un concepto en el que la unión de cultura popular asturiana y una diversificada y original propuesta de ocio se dan la mano para crear un entorno hostelero novedoso.
Así, el proyecto Verde y Negro propone un espacio de encuentro multifuncional, con sala chill out de música y lectura, dependencia para todo tipo de actividades sociales y un café-bar de fuerte sabor tradicional, con repostería asturiana y un diseño que emula al establecimiento hostelero más emblemático del Principado: el chigre.
La iniciativa también incluye un huerto ecológico y un gallinero, de donde saldría parte de las materias primas que se utilizarían en el café-bar, en cuya producción la clientela que así lo desease podría participar directamente.
La propuesta de los creadores incluye la producción de su propio trigo de escanda en una finca adyacente al establecimiento, y horno de leña para transformarlo en pan artesano y ecológico.
El pan, los huevos y productos del huerto serían vendidos en el propio establecimiento, en el que también tendrían cabida productos caseros de la vecindad, a fin de contribuir a la dinamización económica del entorno.

«Este proyecto tiene para mí un gran valor sentimental, al tratarse de una rehabilitación de nuestra casa familiar en la parroquia de Nembra, en un espacio multifuncional dedicado al ocio y a la cultura, intentando recuperar elementos tradicionales de la cultura popular asturiana», explica el arquitecto Alberto González.
El proyecto, “una ilusión” en palabras de la propia Almudena, está actualmente en fase de búsqueda de financiadores para poder concretarse.