Pese a su sonoro nombre, Celiacruz no es un establecimiento de aires caribeños. Es un nuevo concepto de negocio que va a dar mucho que hablar, ubicado en la calle Cuba 54 de Valencia, porque es la primera pastelería-cafetería en España que dirige su oferta al sector de quienes no toleran el gluten, los celíacos, que son el 2% de la población española. Un nicho de mercado descuidado hasta ahora y a tener muy en cuenta…
Celiacruz es un ingenioso juego de palabras – «celiac» de celíaco y «ruz» de Ruzafa-, que da nombre a esta cafetería-pastelería situado en el popular barrio de Ruzafa al servicio de todos los públicos y especializada en dar a los celíacos la posibilidad de poder degustar productos que no contienen gluten.
Quienes son intolerantes o alérgicos al gluten encuentran demasiados problemas cuando pretenden comer fuera de casa. Lo sabe muy bien el propietario y artífice de Celiacruz, Guillermo Toledano. «La idea surgió realmente de una necesidad», explica. «Yo soy celíaco desde hace muchos años y siempre he encontrado dificultades para poder tomar algo fuera de casa, ya sea dulce o salado».
Por eso ha creado Celiacruz, el primer establecimiento en España que dirige su oferta al sector de quienes no toleran el gluten, aunque está abierto a todos los públicos. Para los que no padecen celiaquía, esta pastelería-cafetería presenta una repostería muy original con nuevos sabores, que permite experimentar nuevas sensaciones.
Empresarialmente es una apuesta valiente e innovadora en los tiempos que corren, con un mensaje claro a la sociedad: la celiaquía no es ninguna enfermedad rara; es simplemente, una intolerancia, y los celíacos y no celíacos pueden disfrutar sin problemas en un local acogedor, con grandes ventanales y un ambiente luminoso que invita a la tertulia y a una estancia muy agradable.
Obrador propio
Para dar un servicio 100% seguro a los clientes celíacos, Celiacruz cuenta con obrador propio. Dos puertas aíslan la cafetería del obrador, donde está totalmente prohibido el paso a cualquier sustancia que pudiera contener gluten.
«Todo, absolutamente todo es sin gluten», explica Guillermo Toledano. «Incluso estamos haciendo algunas referencias sin lactosa. Para evitar la contaminación cruzada no elaboramos nada con gluten».
A los tres meses de la apertura, la respuesta está siendo muy buena. «Estoy muy satisfecho», asegura Guillermo. Su idea es consolidar el establecimiento de Ruzafa y poder abrir nuevas tiendas, expandiendo este innovador concepto de negocio.
El propietario de Celiacruz explica que no ha tenido problemas en conseguir proveedores para su establecimiento. «Al ser celíaco conozco las pocas empresas que trabajan con productos sin gluten. Además sólo trabajamos con una harina panificable de un proveedor sin gluten, ya que el resto de las moliendas las hacemos nosotros mismos. Tenemos un molino propio para ello».
¿Y los precios? ¿Es más caro trabajar con productos sin gluten, y por tanto puede ello repercutir en los precios al consumidor? Guillermo Toledano lo niega tajantemente: «en contra de lo que pueda parecer, sólo el pan es más caro que otros panes convencionales. El resto de los productos no lo son en absoluto. Con Celiacruz quiero demostrar que se puede trabajar sin gluten sin tener que abusar del precio».