/p>>Aranda de Duero, tierra de vino y cordero, hace honor a su lema con una nueva edición durante todo el mes de junio, y van XIV, de las Jornadas del Lechazo Asado. La capital de la Ribera del Duero luce estos días como nunca para recibir a miles de viajeros en busca de este manjar, y más aún este año, con el poderosísimo incentivo de ‘Eucharistia’, la XIX edición de Las Edades del Hombre.

Lechazo asado
Las Jornadas del Lechazo Asado se celebran en Aranda durante todo el mes de junio

Con su casco histórico cuidadosamente restaurado y peatonalizado en parte, y salpicado de obras de arte que anticipan la espléndida muestra de Las Edades del Hombre, Aranda de Duero luce engalanada para recibir a miles de visitantes atraídos por el poderoso binomio cultura-gastronomía. De hecho, en las primeras tres semanas de Las Edades del Hombre ya se han contabilizado 15.000 visitantes. La celebración de las XIV Jornadas del Lechazo durante todo el mes de junio es un incentivo aún mayor para visitar esta histórica localidad burgalesa.
Una oferta (o mejor, una experiencia) que convierte a Aranda en destino turístico de primer orden y es fruto de una estrecha colaboración público-privada: el municipio, diferentes instituciones y entidades y los propios empresarios hosteleros ha unido fuerzas para sacar este ambicioso proyecto adelante.
Aranda de Duero es la capital de la Ribera del Duero, del lechazo asado y un cruce de caminos muy importante que la convierte en un destino único”, explicaba el representante de Asohar (Asociación de hosteleros de Aranda y La Ribera), José Zapatero, en la presentación oficial de las jornadas. Pero aunque es parada obligatoria de muchos viajeros para comer lechazo, el reto ahora es mayor:  “no solo queremos que los turistas vengan a comer, queremos que vuelvan”. Y a ser posible, que pernocten.
Los hosteleros tienen muy claro que no pueden bajar la guardia. «El lechazo asado es un producto nuestro, de la tierra, prácticamente imposible de copiar. Es nuestra seña de identidad. Y tenemos que cuidarlo», afirma José Zapatero. Por eso Aranda exhibe la mayor concentración de asadores de lechazo, asado, eso sí, en horno de leña. «Y a ser posible, en horno de leña de encina bien seca y de la zona«, recalca el representante de los hosteleros.
El lechazo que emplean es un cordero lechal de no más de 35 días, pequeño, que se alimenta únicamente de leche materna, de carne blanca y de raza churra, castellana y ojalada, amparado por el sello de calidad I.G.P. Unas condiciones que lo hacen único.
Lechazo asado en un restaurante
Durante todo el mes de junio, diez asadores arandinos ofrecen un completo menú a un precio cerrado, 37 euros, basado en el lechazo asado

Menús degustación a 37 euros
Durante todo el mes de junio, diez asadores arandinos ofrecen un completo menú a un precio cerrado, 37 euros, basado en el lechazo asado como ingrediente principal y diferentes productos de la tierra, incluyendo el pan tradicional de la localidad, la torta de aceite y ensalada de Lechuga de Medina, ambos con marca de garantía, y todo regado con vino de la D.O de la Ribera del Duero.
El comensal se llevará, además, una botella de vino de regalo. «¿Quien da más?» se pregunta el representante de los hosteleros de Aranda y la Ribera que recalca que el lechazo «se asa todos los días; no está preparado de antemano».
Precisamente esta preparación diaria en horno de leña, a la manera tradicional, supone más de un quebradero de cabeza para los restauradores, que han de calcular el día anterior cuántos cuartos de cordero van a tener que asar y prever la afluencia de comensales, lo que no siempre es fácil ni previsible. El disponer de suficiente leña de encina seca (si está húmeda produce humo, lo que afecta al lechazo) es otro problema añadido.
José Zapatero explica que, desafiando a la crisis, el consumo de lechazo asado va en aumento año tras año. Los precios de la materia prima se mantienen relativamente estables aunque se disparan en los meses de mayor demanda y afluencia turística: agosto, septiembre y octubre. «Aún así, nosotros no podemos repercutirlo en el comensal», explica. «En realidad, muchas veces ganamos más vendiendo otros productos de la carta».
Pese a todo, defienden orgullosos el lechazo, un producto «único y de la tierra». «Nuestro objetivo es dar a conoce el lechazo en torno a Aranda y a toda la Ribera del Duero«, afirma el representante de Asohar . En definitiva, crear destino.
Los asadores participantes son Asador de Aranda, El Cordero, Casa Florencio, Mesón El Pastor, Lagar de Isilla, Mesón de La Villa, Finca los Rastrojos, Aitana, Montermoso y Casa José María.
Y además, Las Edades del Hombre
La espléndida fachada de la iglesia de Santa María la Real
La espléndida fachada de la iglesia de Santa María la Real, que alberga parte de la exposición de Las Edades del Hombre. Foto: M.A. Muñoz

Este año celebración de las XIV Jornadas del Lechazo, coincide con uno de los hitos culturales de arte sacro más destacados a nivel nacional e internacional: ‘Eucharistia’, la XIX edición de la exposición de Las Edades del Hombre. Esta muestra excepcional de arte sacro se divide en dos iglesias arandinas: la de Santa María la Real y la de San Juan, y podrá visitarse hasta el próximo 10 de noviembre.
De este modo, durante todo el mes de junio, los viajeros tendrán una oportunidad perfecta para combinar historia, cultura, tradición y gastronomía gracias al amplio abanico de posibilidades que ofrece Aranda de Duero. Además de Las Edades del Hombre, se organizan actividades como visitas teatralizadas que recorren el casco antiguo mostrando la historia de la villa; videomapping –una reproducción nocturna sobre la fachada de Santa María la Real de luces, sonido e imágenes de la historia de la ciudad- o recorridos en barca por el río Duero, entre otras iniciativas.
La receta del lechazo asado en horno de leña de Aranda de Duero
Ingredientes
Cuarto de cordero lechal I.G.P., agia, limón y sal.
Elaboración:
En Aranda de Duero se utiliza un horno de leña que debe permanecer a 180 ºC de temperatura y que se ha ido calentando lentamente durante toda la mañana con madera de encina con un año de secado.
La elaboración se basa sólo en la calidad de la materia prima y en la habilidad del maestro asador, ya que simplemente se pone el cuaro de lechazo cubierto por su propio «epiplón» o ligera telilla de grasa sobre un recipiente de barro, en el que previamente se ha rellenado la base con agua y unas gotas de limón. Se añade algo de sal y al horno.
En la mitad del proceso, más o menos, se le da a vuelta al lechazo, boca arriba, y antes de servir se le arrima al fuego para que la parte de arriba se dore y quede crujiente. Pasados una hora y tres cuartos estará listo para disfrutarlo acompañado de un buen vino de la Ribera del Duero.
Preparando el lechazo en horno de leña
Preparando el lechazo en horno de leña