¿Sabía que el tiempo de permanencia del comensal en un restaurante ha subido 50 minutos en la última década? El responsable este gran incremento en la duración de una comida no es otro que el smartphone, ese dispositivo que acompaña a sus clientes y les permite realizar fotografías, comentar el plato en las redes sociales o compartir su valoración con otros internautas mientras degusta un menú en su establecimiento.
Aunque parezca increible, esta es la conclusión a la que ha llegado un establecimiento hostelero de Nueva York tras realizar un exhaustivo análisis sobre cómo ha evolucionado el comportamiento de sus clientes en los últimos diez años.
Las conclusiones, publicadas en el portal de clasificados Craiglist, son cuanto menos sorprendentes y ponen de relieve un nuevo perfil de usuario, para el cual fotografíar y compartir su menú es una parte más de la experiencia de comer fuera del hogar.
Cansados de leer cómo numerosas personas se quejaban a través de Internet sobre la lentitud de su servicio, los responsables del local decidieron contratar a un asesor que les aconsejara cómo mejorar su atención al cliente y la gestión del local.
Para ello decidieron analizar el comportamiento de 45 de sus clientes en la actualidad y compararlo con el de hace diez años. Durante el estudio observaron ciertos hábitos vinculados a las nuevas tecnologías que contribuían a ralentizar el tiempo que el camarero empleaba en atender cada mesa.
En primer lugar, muchos comensales sacaban su teléfono incluso antes de haber abierto la carta: algunos para tomar fotografías del local y otros simplemente para consultar sus mensajes o para localizar una red wifi disponible.
Con frecuencia, los camareros debían esperar varios minutos a que todos los comensales de una mesa hubieran dejado sus teléfonos móviles para examinar la carta y tomar nota de su pedido. El estudio contabilizó que el tiempo desde que el cliente toma asiento hasta que realiza su pedido es de 21 minutos.
Además, 26 de estos 45 comensales analizados dedicaron 3 minutos a sacar fotografías de la comida, y 14 tomaron imágenes de sus compañeros mientras comían, lo que les llevó 4 minutos más. Por otro lado, los camareros tuvieron que realizar fotografías de grupo ante la petición de 27 clientes, lo que añadió otros 5 minutos más al almuerzo.
En total, el tiempo dedicado a atender una mesa alcanzó de media una hora y 55 minutos, 50 minutos más que el contabilizado una década antes
A todo ello se suman los 20 minutos extra que dedicaron la mayor parte de los clientes a revisar sus teléfonos desde que se sentaron a la mesa hasta que pidieron la cuenta.
En total, el tiempo dedicado a atender una mesa alcanzó de media una hora y 55 minutos, 50 minutos más que el contabilizado una década antes.
¿Exagerado o real? Lo que sí parece cierto es que el uso de dispositivos móviles en los restaurantes se ha disparado en los últimos años, y más aún en España, el país europeo donde tiene una mayor penetración este tipo de terminales.
Es, por tanto, un hábito que ha llegado para quedarse y con el que los responsables de hostelería deberán aprender a convivir. A pesar de ello, no todo son malas noticias para el restaurador: tenga en cuenta que muchas de esas fotografías y comentarios pasarán a formar parte de las redes sociales, promocionarán el local en el ciberespacio, y atraerán las visitas de nuevos clientes… y de sus smartphones.