En la elaboración de este original y revolucionario «vino azul» se mezclan procesos tradicionales con las últimas tecnologías. Detrás, todo un exhaustivo proyecto de I+D+i desarrollado durante dos años por jóvenes emprendedores sin tradición ni herencia vinícola, en colaboración con la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) y Azti Tecnalia, entre otros.
«No nos gustaba el vino y decidimos hacer algo que nos gustara, en todos los sentidos. Así nació Gïk«, explican sus creadores.
La primera remesa navideña de este vino aromatizado o derivado de vino, de intenso color azul índigo, se compone de 400 botellas con un 12º de alcohol y que han sido elaboradas en una pequeña bodega de El Bierzo. Las siguientes podrán elaborarse en cualquier otro punto del país, ya que el vino azul Gik no procede necesariamente de la misma bodega, ni del mismo tipo de uva. Cada remesa será distinta, respondiendo a las demandas de los clientes.
«Cada tirada de Gik es especial y al mismo tiempo idéntica», explica Taig Mac Carthy, uno de los promotores. «Los atributos comunes a todas las botellas de Gïk son el color azul índigo y un dulzor característico, que conseguimos a través de ciertos procesos tecnológicos de pigmentación y edulcoración que alteran el sabor y el color original de la uva hasta convertirlas en Gïk».
¡Fuera etiquetas!
Los creadores de este vino azul han querido huir de cualquiera de las etiquetas que emplea la industria vitivinícola: «nos resultan extrañas y que no están en sintonía con lo que ofrecemos», aseguran. «Con Gïk tratamos de ofrecer una bebida que guste, sin la complicada herencia vinícola que conlleva el vino tradicional».
Es, en cualquier caso, toda una revolución, ya que Gïk se halla en la frontera de lo establecido y no hay antecedentes legales para un vino cuyo color y sabor se hayan alterado. «Si es un producto saludable, su elaboración es ecológica y a la gente le gusta, ¿para qué entrar en las nomenclaturas legales?», se pregunta Taig Mac Carthy.
Recién llegado al mercado, el vino azul es un producto sorprendente y radicalmente distinto que puede encontrar su hueco entre un público joven, desconocedor del vino, consumidores extranjeros, la hostelería nocturna y el mercado de eventos y celebraciones. Sus creadores no se cierran puertas y quieren estar al tanto del feedback de los clientes.
«Queremos que sean nuestros propios consumidores quienes marquen el estándar de calidad, no un Consejo Regulador ni ningún experto en catas», explican. Por eso, tal vez en un futuro Gik sea más carbónico u ofrezca otra gradación alcohólica. «No tenemos miedo a ir evolucionando», afirman.
Respecto a su consumo, Gïk no tiene normas; el consumidor es libre de beberlo sin ideas preconcebidas. «No se puede beber Gïk bien ni mal; sólo recomendamos vivirlo», explican.
Dónde conseguirlo
Actualmente el vino azul Gik sólo se puede conseguir, a un precio de 10 euros la botella, con descuentos por compras superiores, a través de la propia página web de la firma, aunque sus creadores se muestran «muy abiertos» a colaborar con distribuidores tanto del mundo del vino como de otros sectores. «Nos gustaría trabajar con personas que entiendan lo que hacemos y que estén abiertas a lo nuevo», señalan.
El plazo de entrega para los pedidos realizados a través de la web es de 3 días y el envío es gratuito para toda la península.
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