Cada año se dan más de mil casos de legionelosis en España, una enfermedad especialmente activa en verano debido a las altas temperaturas. La profesora de Nutrición e Higiene Alimentaria de la Escuela Internacional de Gestión Hotelera Vatel España, Aránzazu Bocanegra, recomienda a los establecimientos hoteleros estar especialmente alerta.
La legionelosis, enfermedad producida por la bacteria legionella pneumophila, puede llegar a ser mortal en personal mayores, niños e inmunodeprimidos. El verano es una época en la que hay que estar especialmente alerta ante posibles casos, ya que se concentran diversos factores que facilitan los brotes, afectando a edificios de carácter colectivo como hospitales, balnearios y hoteles.
En esta época del año suelen incrementarse los casos de legionelosis, una enfermedad pulmonar que puede cursar de dos maneras diferentes en los afectados: una más leve, de sintomatología similar a la de un resfriado, denominándose fiebre de Pontiac, y otra más severa, con dolencias equiparables a las de una neumonía, identificada como la enfermedad del legionario.
En su desarrollo incluyen factores como las altas temperaturas, ya que la bacteria, que prolifera en el medio acuático, se multiplica con mayor facilidad entre los 25º y los 45º. Las aguas estancadas también son un elemento de riesgo a tener en cuenta.
La legionelosis afecta cada año en España a más de mil personas, y es especialmente preocupante en personas mayores, niños y pacientes inmunodepresivos –es decir, con defensas bajas-, casos en los que puede llegar a provocar la muerte.
Mucho cuidado en hoteles y alojamientos colectivos
La profesora de Nutrición e Higiene Alimentaria de la Escuela Internacional de Gestión Hotelera Vatel España, Aránzazu Bocanegra, advierte de que hospitales, balnearios y hoteles son considerados por la OMS como edificios colectivos más afectados por los brotes.
“La entrada en el organismo se produce por vía respiratoria, a través de instalaciones que utilizan el agua en su funcionamiento y, sobre todo, aquellas que producen aerosoles”, recuerda la experta.
Son elementos de riesgo las torres de refrigeración, los condensadores evaporativos, las instalaciones de aguas en spas y balnearios y las instalaciones sanitarias de agua caliente, además de los nebulizadores de agua en terrazas
Son elementos de riesgo las torres de refrigeración, los condensadores evaporativos, las instalaciones de aguas en spas y balnearios y las instalaciones sanitarias de agua caliente.
“Incluso, aunque con menor incidencia, también se consideran instalaciones de riesgo los nebulizadores de agua que tan de moda se han vuelto en las terrazas de locales de hostelería y que han sido relacionados con alguno de los últimos casos de esta patología en España”, señala Aránzazu Bocanegra. La inhalación de una mínima cantidad de partículas de agua o vapor contaminado es suficiente para contagiar a un individuo.
Los hoteles disponen de varias de estas instalaciones, por lo que no han de bajar la guardia ante el diseño y mantenimiento técnico de las mismas, principales armas para prevenir la aparición y multiplicación la bacteria en ellas.
Lo mejor, la prevención
Así lo indica el Real Decreto 865/2003 del 4 de julio, normativa que establece los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis. “El adecuado mantenimiento, incluyendo la correcta limpieza y la desinfección de los mismos, es primordial si queremos evitar los problemas”, advierte la profesora, que recomienda también prestar atención a la calidad y propiedades físico-químicas del agua empleada.
Ante un problema. el titular de las instalaciones (el director del hotel) es el máximo responsable de la aplicación de las normas higiénico-sanitarias, por lo que las responsabilidades recaerán sobre él
Los trabajos de prevención son la principal clave para mantener intacta la seguridad de los clientes en los establecimientos turísticos. No sólo por ética profesional, ni por ahorrarse una mala noticia que eche por tierra la imagen corporativa de un negocio, sino también porque, tal y como apostilla la especialista, “no hay que olvidar que el titular de las instalaciones –en el caso de un hotel, el Director- es el máximo responsable de la aplicación de las normas higiénico-sanitarias, a pesar de que contrate a terceros para su realización”, por lo que las responsabilidades recaerán sobre él.