Los numerosos desplazamientos turísticos de la temporada estival han dejado un «regalo» indeseable en muchos establecimientos hoteleros y alojamientos: la chinche de la cama. Un problema que, lejos de desaparecer, aumenta con la mayor afluencia de viajeros, y que no está relacionado directamente con la falta de higiene.
Las chinches, una plaga típica en alojamientos de verano, son un problema que no tiene que ver propiamente con la higiene o la pobreza y que afecta a todo tipo de establecimientos, incluso hoteles de lujo.
Erradicada hace medio siglo, esta plaga ha regresado a España con el auge del turismo, la globalización y el mayor tránsito de personas. Las chinche de la cama cuenta actualmente con gran presencia en nuestro país; es capaz de infestar cualquier lugar (alojamientos, residencias, oficinas, almacenes… ) y su rápida proliferación, hacen de su control una tarea nada sencilla.
Al tratarse de un parásito, la chinche se alimenta de sangre humana ocasionando molestias que serán de mayor o menor importancia dependiendo de la sensibilidad de la víctima. Aunque no son transmisoras de enfermedades, sí causan muchas molestias por picaduras y reacciones alérgicas diversas. En muchas ocasiones se las confunde con mosquitos. También pueden causar ansiedad y problemas para dormir.
Durante los viajes se alojan en ropa y maletas, contaminando después alojamientos y hogares. Por ello, una simple medida preventiva como envolver las maletas con film transparente (que evita el acceso de chinches al acecho en bodegas, maleteros o guardaequipajes) puede ser muy eficaz.
En cuanto al tratamiento de la picadura, se recomienda lavar la zona con agua y jabón y, en caso de un picor e irritación fuertes, aplicar una loción calmante adquirida en una farmacia. Si se percibe una reacción alérgica, ha de acudirse al médico.
“La higiene no siempre está asociada a la proliferación de esta especie», explica directora general de Anecpla (Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental), Milagros Fernández de Lezeta. «Llega por contaminación, se alimenta de nuestra propia sangre y empieza a proliferar”.
Desde esta asociación señalan estas 10 medidas preventivas para evitar la proliferación de las chinches:
- En cualquier alojamiento, revisar bien las sábanas, almohadas y colchones.
- Nunca depositar el equipaje encima de las camas.
- Si se ha sufrido alguna picadura durante la noche, comprobar si hay manchas de sangre en las sábanas y revisar las costuras de los colchones para ver si hay chinches.
- No utilice insecticidas domésticos: pueden generar resistencia y ayudan a extender la plaga.
- En caso de sospecha de contaminación, poner en cuarentena el equipaje en un lugar alejado de dormitorios, etc.
- Si el equipaje está contaminado, someter las prendas a lavado a 60ºC, tanto si han sido utilizadas como si no.
- Evitar adquirir colchones o almohadas de segunda mano.
- Las chinches y sus huevos pueden esconderse también en cestos de ropa sucia: se recomienda también limpiarlos cuando se lava la ropa.
- Reduzca la cantidad de escondites: el orden facilita la localización y control.
- ¿Ya están instaladas las chinches en su domicilio o en su establecimiento? Acuda a siempre profesionales.
Un insecticida doméstico no solucionará el problema: sólo a través de las empresas profesionales se logra una erradicación eficaz. Si no se elimina del todo la plaga, la infestación volverá a reproducirse. Además, a veces no es suficiente con realizar el control directo sobre la plaga, sino que deben tratarse también ropa, sábanas, colchones…
Los expertos en control de plagas conocen la especie, sus ciclos de vida, lugares donde se alojan y los sistemas para su erradicación. Pueden utilizar medios que no necesariamente sean químicos para el control de las plagas. Emplearán productos químicos sólo cuando sean necesarios y en la cantidad justa.
Con una gestión controlada por empresas profesionales no sólo se puede poner fin a esta molesta plaga, sino que se evitará causar males mayores al medio ambiente y salud de las personas.