Muchos que se consideran cafeteros en realidad no han probado nunca un café sin errores de tostado o de preparación. Waycup, el proyecto de dos jóvenes hermanos ucranianos en Madrid, quiere solucionarlo y apuesta por el emergente concepto de «specialty coffee» o café de especialidad.
Paradójicamente, España es uno de los países en los que más café se toma (unas 600 tazas de media al año por habitante), pero no destaca precisamente por un café de calidad, perfectamente elaborado y servido.
Un problema que detectaron los hermanos ucranianos Pavlo y Ruslan Kosarevych en cuando llegaron a España, procedentes de una provincia, Lviv, conocida por su característico olor a café y donde se abrió el primer coffee shop de Europa en 1686.
Comenzaron entonces una aventura de emprendimiento que ha culminado con la apertura de Waycup Specialty Coffee, en el número 27 de la madrileña calle Juan Bravo, en pleno barrio de Salamanca.
Su objetivo es claro: ofrecer una buena taza de café, sin errores de tostado o de preparación. Eso es precisamente lo que define al specialty coffee o café de especialidad , en el que todo su proceso ha seguido unos estándares de calidad estrictos: las plantas crecen a determinada altura, los granos defectuosos se eliminan, los baristas se forman para servirlo a su temperatura y en su proporción justa. El resultado: un sabor sin defectos y lleno de matices.
“En muchos países, los amantes del café no aceptan otra cosa», explican los hermanos. «Pero en España hizo mucho daño el torrefacto (la adición de azúcar al proceso de tostado para disimular la mala calidad del café), y por eso es importante trabajar en la mejora de la cultura del café”, explica Pavlo Kosarevych. Precisamente ese es otro de los objetivos de Waycup: formar a la población, mediante cursos, catas y otras acciones, para educar su paladar y que en España se beba cada vez mejor café.
Café y más
Waycup Specialty Coffee ofrece un amplio abanico de bebidas de café: espressos, macchiatos y capuccinos, calientes o fríos, cafés de filtro (V60 o chémex) y cold brew, cafés con leche fresca, affogato, frapés e incluso coffee tonic, la versión cafetera del gin-tonic.
Para cada una de ellas utiliza granos de diferentes orígenes (Colombia, Etiopía, México…), que además se pueden comprar para llevar, en grano o molido.
Ante la excelente acogida de este primer local en el barrio de Salamanca, sus promotores prevén la futura expansión de Waycup Specialty Coffee
Adquieren el café en Café de Finca, uno de los microtostadores más afamados de Barcelona, e incluso tratan directamente con los propietarios de las fincas de donde proceden sus cafés.
La oferta se completa con otros productos de calidad. Uno de los que más éxito tienen es el té matcha, muy de moda por su característico color verde y por sus propiedades nutricionales y antioxidantes, que se ha convertido en una alternativa al café.
Otra especialidad de la casa son sus cookies caseras: galletas recién horneadas y de interior esponjoso, diferentes al concepto habitual de cookie. Los sabores son tentadores: chips de chocolate, tarta de zanahoria, red velvet, doble chocolate, avena y pasas, té matcha con chocolate blanco y ube (batata morada). A ellas se suman croissants y molletes.
Un acogedor lugar de encuentro
El interiorismo de Waycup obra de Estudio 83 Arquitectos, luce un aire industrial y desenfadado en dos alturas, aprovechando hasta el último cm2: en la primera, con una flamante máquina La Marzocco Strada EP (ensamblada a mano en Florencia), se sirven las bebidas.
La segunda, con una barra metálica única, que pretende ser punto de encuentro, conversación y degustación de nuevos sabores. “Tenemos planes de futuro y esperamos que este local sea solo el principio de Waycup Specialty Coffee”, explica Ruslan Kosarevych. La acogida de este primer local ha sido excepcional.
Un pequeño lugar acogedor, animal friendly y alejado del elitismo que a veces se respira en las cafeterías especializadas; no en vano e pretende introducir en la cultura del buen café a todo aquel que desee adentrarse en ella.