El pasado mes de mayo abría sus puertas este restaurante de Terrassa, propiedad del grupo Tapiñas, que también lo regenta. La transformación del edificio de dos plantas que lo alberga, catalogado y con elementos protegidos, ha supuesto todo un reto para el estudio Elia Felices.
Tras tres meses de obras, el resultado es un restaurante que cuenta con una zona de cafetería y bar a la entrada, salones en el mismo nivel con una terraza interior y una exterior que da a la avenida principal, y una habitación de juegos. En la primera planta se alojan los salones privados para eventos.

Un espacio con zonas con características arquitectónicas muy diferentes entre sí. Para dotarlas de un nexo común, los interioristas se han inspirado en el nombre del restaurante: Viu («vivo» en catalán), eligiendo como protagonistas a la vegetación y a la madera.
Para hacer más visible la cafetería ya desde el exterior se entrevé el colorido de un original mural con piezas que recrea un jardín. Está realizado con platos de La Cartuja de Sevilla que figuran ser la corola de las flores, distribuidos a diferentes alturas y distancias, acompañados de un entramado de piezas en 3D con diferentes volúmenes:

En la zona de cafetería-bar se han empleado materiales y texturas que aportan un aire exclusivo. Las paredes y barra en forma de «L» están revestidas con porcelánicos de gran formato en Negro Marquina y mármol blanco de Matimex, con un espesor mínimo de 6 mm-
El mismo acabado se emplea en diversas superficies horizontales y verticales, tanto en muros como en puertas (lo que crea un look minimalista al abrir y cruzar puertas), y en las propias encimeras de los baños, logrando una imagen general uniforme y refinada.

La madera se emplea en diferentes superficies y elementos del mobiliario a medida, como el botellero, el arrimadero y especialmente en la librería, que es protagonista en el salón principal del restaurante. Mesas y sillas de diversos materiales, tonos y tipos, se distribuyen en el espacio de forma aparentemente aleatoria. Una serie de franjas de listones aportan ritmo y carácter al interiorismo.
El color negro, junto a los materiales nobles, da un toque elegante al espacio. Negras son algunas piezas como las luminarias, los taburetes o las repisas que sostienen la vegetación.

Los interioristas han rescatado el espíritu original de la casa (fue residencia del primer alcalde de la ciudad) con estanterías y alacenas decoradas con jarrones, platos y figuras que aportan calor de hogar, así como los grandes sofás a medida realizados con telas de Gancedo.
En paredes y carpinterías se ha empleado el tono taupe de Valentine en distintas intensidades, que se combinan con grandes murales de la firma Coordonné ilustrados con hojas de palmera. Una idea que se refuerza con la frondosa vegetación de distintas especies que rodea los comedores y que aportan ese aspecto «vivaz» que se busca para el restaurante.

La iluminación resultó todo un reto ante la dificultad para crear nuevos puntos de luz en una casa catalogada. Focos, apliques de pared y lámparas de techo de cristal transparente que irradian la luz alumbran las salas con estilo. Destaca especialmente la imponente lámpara de tres metros de caída colgada en el hueco de la gran escalera de aspecto señorial.
Los interruptores son modelo Detail 82 de Simon, con un perfil en gris que va muy bien con el color de las paredes.

La terraza exterior del restaurante Viu by Tapiñas continúa con el mismo lenguaje que el resto del restaurante: pavimento de madera, mobiliario metálico en negro mate y jardineras del mismo color que crean un pequeño oasis. Los parasoles son personalizados, con hojas pintadas en acuarela y trasladan al visitante a un jardín en pleno centro de la ciudad de Terrassa.
