El pasado octubre se inauguraba en Valencia el hotel Marques House, que recupera un establecimiento emblemático en la ciudad: el antiguo Café Madrid. Ambos lucen un estudiado interiorismo de H Up, pero muy diferente: un ambiente clásico y bohemio para el café, y habitaciones minimalistas y de vanguardia para el hotel.
Marques House, propiedad del grupo inversor valenciano Comatel y gestionado por Sweet Hoteles, es un lujoso establecimiento situado en un edificio histórico junto a uno de los monumentos más bellos de Valencia, el Palacio del Marqués de Dos Aguas, en pleno centro de la ciudad.
El hotel, resultado de una minuciosa rehabilitación, ha supuesto la reapertura del mítico Café Madrid, nacido a principios del siglo XX y lugar de reunión de intelectuales, artistas, políticos y gentes de la farándula. En los últimos años ha estado cerrado, por lo que la propiedad contactó con el estudio H Up Interiorismo + Diseño, especializado en edificios y espacios emblemáticos, que pudo recuperar algunos elementos originales, como litografías, carteles y fotografías de la época.
Aunque tiene su propia entrada, el recuperado Café Madrid es también la prolongación del propio lobby del hotel, de modo que el check in se puede hacer al mismo tiempo que se disfruta de un cóctel del ambiente del local.
Todo el proyecto de interiorismo lleva la firma de H UP Interiorismo+Diseño, que ha partido de la propia historia del edificio, combinando elementos originales con una estética contemporánea y la funcionalidad que requiere un hotel. El corazón es el Café Madrid, y tanto el lobby como el restaurante conviven alrededor del mismo.
Café Madrid es el punto de inspiración que recrea un ambiente especial, clásico y al mismo tiempo contemporáneo, años 20 e industrial, confortable y chic, cosmopolita y tradicional. La barra, auténtica protagonista del local, se ha revestido en madera, creando a su alrededor un pasillo damero en mármol blanco y negro, con taburetes altos de cuero.
En el café, las paredes empaneladas en madera conviven con instalaciones a la vista bajo un techo pintado en gris industrial. Las vidrieras antiguas, los cuadros recuperados del antiguo Café Madrid, las butacas de capitoné en tonos grisáceos, el chester de cuero envejecido, las lámparas con flecos… recuerdan a los cafés de principios del siglo XX.
De ese techo industrial cuelgan tres grandes lámparas «chandelier» de lágrimas de cristal hechas a medida y ventiladores de pai pai. La iluminación se ha cuidado para crear ambiente de tertulia. Las lámparas años 20 tipo inglés, con pantallas de tejidos sofisticados. flecos y pasamanería, consiguen una luz discreta e íntima que invita a sentarse a charlar en el chester, los silloncitos de capitoné y terciopelo o los sillones de mimbre.
Las propias mesas auxiliares son variadas: de mármol o cristal, con acabados en madera o latón, fabricadas a medida o encontradas entre innumerables proveedores. Todo sigue una línea coherente, dentro de la diversidad. Y en un rincón un naranjo hace un guiño a la popular Agua de Valencia, la combinación de zumo de naranja natural y champagne, que se creo allí.
En el café se ha recuperado la esencia de la coctelería gracias a la buena mano de Iván Talens, premiado internacionalmente, que ofrece una carta de cócteles del más alto nivel.
Un restaurante nórdico
La entreplanta abierta del hotel acoge el restaurante del Café Madrid, que luce en dos versiones. Una es la que mira al propio café, dividida por grandes rejas antiguas restauradas, con un gran sofá de terciopelo aguamar, hecho a medida, y mesas de bistró francés con pata de hierro, mármoles y maderas. En la pared, cuadros y marcos restaurados del antiguo café.
Sin embargo, al girar, el restaurante mira a la plaza, los ventanales dejan entrar la luz mediterránea y se ve el Palacio del Marqués de Dos Aguas. Aquí los interioristas han elegido una línea contemporánea y nórdica, más relajada, con mobiliario moderno y cuadros contemporáneos son de Susi Lizondo. Se ha pasado del barroquismo del café al nórdico del comedor: de los años 20 al siglo XXI.
En la dirección gastronómica está el chef Nacho Romero, del restaurante Kaymus, que ha diseñado una carta basada en producto local pero vez con toques internacionales.
Un hotel de vanguardia
La entrada en el hotel Casa Marqués es otro mundo: el de la vanguardia. El diseño gráfico es clave: los pasillos, la zonas comunes, los distribuidores y el patio interior los zócalos están marcados por un diseño de H Up con la gama cromática de negros, grises, verde mar y blanco. Del patio interior cuelgan siete grandes maromas que son tres grandes lámparas, también de diseño muy original.
En las habitaciones, concebidas como grandes cajas, reina el blanco luminoso con algún toque de negro o dorado, como una pequeña reminiscencia de lo que pasa abajo. Totalmente neutras y contemporáneas, son rompedoras y lucen detalles como las puertas de madera blanca de los armarios, fabricadas en exclusiva, ligeras y minimalistas, o los cabeceros, de cristal con cuarterón de hierro negro que hacen de separación entre la cama y la bañera pero que permite que desde el lavabo se contemplen las vistas desde los balcones hacia los edificios y que entre la luz mediterránea en toda la estancia.
Todas las habitaciones lucen materiales nobles y acabados naturales, Los suelos hidráulicos originales, la madera, el mármol.. crean un ambiente de lujo contemporáneo en el que no falta la domótica: todas las estancias están completamente domotizadas.
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