El sector español de la restauración colectiva ofrece diariamente cerca de 4 millones de menús a colegios, residencias, hospitales, empresas y otros colectivos, pero se enfrenta a nuevos retos que aumentan sus costes. Desde su federación, Food Service España, reclama el apoyo de la Administración y de todos los agentes implicados para seguir avanzando en mejorar la alimentación de millones de personas.
LaEl sector español de la restauración colectiva ofrece diariamente cerca de 4 millones de menús saludables a colegios, residencias, hospitales, empresas y otros colectivos, pero se enfrenta a nuevos retos que aumentan sus costes. Desde su federación, Food Service España(antes Feards) reclama el apoyo de la Administración ha reunido a las principales asociaciones y empresas del sector, junto al presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, en un encuentro que ha reivindicado la importancia de este sector, una actividad que es responsable de la alimentación diaria de más de 8,5 millones de personas de diferentes edades y colectivos. La jornada ha sido además el escenario de la presentación oficial de la nueva imagen y estrategia de la federación.
El sector superó en 2019 los 3.648 millones de euros de facturación, y ofrece diariamente unos 4 millones de menús. Genera además más de 92.000 empleos directos, en un contexto que, según Antonio Llorens, presidente de la Federación, “exige cada año realizar mayores esfuerzos de inversión en investigación, tecnología y formación para afrontar unos retos cada vez más complejos en términos de seguridad, eficiencia, sostenibilidad y mayor personalización en nuestros servicios, entre otros factores”.
Para Antonio Llorens, estos retos exigen “una mayor corresponsabilidad por parte tanto de la Administración como de otros agentes que intervienen en el desarrollo del mercado, para asegurar el equilibrio en la evolución de los costes de las empresas y los precios del servicio, así como para seguir impulsando la mejora continua en la calidad, asegurando la sostenibilidad del sector”.
La subida del salario mínimo, y el aumento de las intolerancias alimentarias, las crecientes necesidades de individualización por motivos culturales o religiosos o la subida de los precios en las materias primas inciden directamente en el aumento de los costes de las empresas de la restauración colectiva
Según Insight View, la evolución de los datos del sector apunta un moderado crecimiento respecto al ejercicio anterior, con un aumento de la facturación de un 1,7%, mientras que los indicadores de rentabilidad se mantienen en el orden del 2,2%, mostrando cierto estancamiento respecto a ejercicios anteriores.
Por su parte el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, destacó la importancia social del sector, poniendo en valor “su gran competitividad y su labor en el cuidado de la salud pública, con una firme apuesta por menús saludables y máxima calidad alimentaria”. A su juicio, el sector es “un ejemplo real de las consecuencias que puede tener cualquier cambio normativo”, incidiendo en “el impacto que la subida del salario mínimo profesional puede tener en sectores como este, tan ligado a contratos públicos con las Administraciones Públicas”.
Un sector desconocido que se enfrenta a múltiples retos
A pesar del papel clave que la restauración colectiva juega en la sociedad, continúa siendo un gran desconocido, lo que provoca cierta distorsión en las percepciones de los usuarios y de la opinión pública que la Federación quiere combatir potenciando la comunicación y la interacción con cada colectivo.
El aumento de las intolerancias alimentarias, las crecientes necesidades de individualización por motivos culturales o religiosos o el aumento de los precios en las materias primas como ejemplos que inciden en el aumento de los costes de las empresas del sector. A estos costes, se suman, explica Llorens, “la evolución de los salarios y otros elementos que no pueden lastrar las inversiones en innovación ni la necesaria evolución en la mejora continua”.
Para el presidente de la Federación “es imprescindible que la estructura de costes de las empresas tenga un reflejo razonable en la evolución de los precios y que se contemple en los pliegos de licitación de grandes colectivos como los colegios, las residencias o los hospitales para compartir de forma más eficiente y equilibrada el objetivo común de seguir mejorando la calidad de la alimentación de millones de personas cada día”.