La incertidumbre de las caídas en Bolsa que se está viviendo a nivel mundial con la crisis del coronavirus ha incremento un 30% el interés de los inversores por activos inmobiliarios en Barcelona. Así, la compra de hoteles y locales prime ubicados, principalmente en El Eixample y Ciutat Vella, se muestran como valor refugio, con presupuestos de 1 a 20 millones de euros.
La crisis del Covid19 está teniendo un impacto heterogéneo en el mercado inmobiliario. Por una parte, la actividad se encuentra temporalmente paralizada; por otra, las caídas en la Bolsa han aumentado hasta un 30% el interés de inversores y family offices locales por la inversión inmobiliaria en Barcelona como valor refugio. Principalmente en la compra de hoteles y locales prime, según indica la consultora inmobiliaria Laborde Marcet.
El estado de alarma decretado por el Gobierno ha paralizado de manera temporal las operaciones inmobiliarias en todo el país, pero esta situación tiene un impacto desigual según los activos. En Barcelona, el principal objetivo de los inversores en estos momentos es la reorganización de su patrimonio.
Con presupuestos de a partir del millón de euros para activos de retail y que superan los 20 millones para la compra de hoteles y locales en zonas prime, los inversores inmobiliarios de Barcelona siguen priorizando operaciones con activos ubicados en L’Eixample y determinadas calles de Ciutat Vella, distritos con una parte muy importante de la oferta disponible y con una elevada concentración de empresas y actividad turística.
Gerard Marcet, socio fundador de Laborde Marcet, señala que «no es de extrañar que en un momento en el que la volatilidad en la Bolsa es más que notable, los inversores se muevan hacia otros sectores más seguros como el inmobiliario, pues en estos momentos la prioridad es minimizar el riesgo y apostar por activos estables que vayan a garantizar la rentabilidad de, por lo menos, entre el 3% y el 6%. El retorno de la inversión puede ser mucho mayor si se tienen en cuenta las potenciales plusvalías que pueden obtenerse en el momento de la desinversión».
«Lo que los inversores en real estate quieren comprar, ahora más que nunca, son hoteles y locales comerciales prime. En cuanto esta crisis pasajera pase, el atractivo de los activos ubicados en zonas de paso seguirá siendo muy alto»
Por su parte, Miquel Laborde, socio fundador de la firma, se muestra optimista y subraya el ‘carácter temporal’ de esta crisis, por lo que prevé que la actividad y la demanda vuelvan a la normalidad cuando la curva de contagios por Covid-19 empiece su descenso: «lo que los inversores en real estate quieren comprar, ahora más que nunca, son hoteles y locales comerciales prime. En cuanto esta crisis pasajera pase, el atractivo de los activos ubicados en zonas de paso seguirá siendo muy alto para los inversores. En las calles principales de Barcelona la actividad es frenética en circunstancias normales, por lo que cuando esta situación coyuntural pase, la facturación de las empresas y el consumo volverán a la normalidad«.
No obstante, los dos socios fundadores de Laborde Marcet coinciden en la importancia de los plazos en este contexto inédito: «esta crisis sanitaria se puede convertir en económica si la actividad de las empresas queda bloqueada durante más de lo previsto. Barcelona es una ciudad con una economía que depende, en gran medida, del turismo. Si sectores como la moda, la hostelería y la restauración no vuelven a generar ingresos y empleo antes del inicio del verano, sí podríamos llegar a una situación económica crítica».
Aunque ambos opinan de forma positiva que «si la evolución del Covid-19 sigue los pasos que ya se han dado en China, estamos ante un escenario controlable en un par de meses. Además, hay que tener en cuenta que, muy probablemente, España salga antes de esta crisis que muchos otros países en los que la curva de contagios está empezando a crecer ahora«.