Desde que se decretara el estado de alarma el sector de restauración colectiva ha visto disminuir su facturación en 539 millones de euros. En tan solo dos meses las pérdidas han ascendido al 15% y más de la mitad del personal está en Erte, señalan desde la federación Food Service España.
El sector de la restauración colectiva también sufre con fuerza los embates del coronavirus. Estima unas pérdidas del 15% en los dos últimos meses tras el cierre de comedores escolares, restaurantes de empresa, cafeterías de hospitales y la cancelación de actividades de ocio y eventos. Una situación que ha supuesto ya la disminución en 539 millones de euros de la facturación anual del sector y un 53% del personal en Erte. Son datos de Food Service España, la federación que agrupa a las principales asociaciones y empresas del sector.
Unas pérdidas que se producen pese a que las empresas de colectividades han seguido desarrollando, en primera línea, parte de sus servicios de restauración en hospitales, residencias de personas mayores y/o dependientes, comida a domicilio y otros centros en condiciones realmente adversas y de riesgo.
Solo en el sector de la enseñanza, los dos últimos meses han supuesto ya una bajada de 344 millones de euros de facturación y que la práctica totalidad de sus trabajadores se encuentren en una situación de Erte, cuya resolución final dependerá de los planes de desescalada y la llegada de una “nueva normalidad”.
Además de las pérdidas en este sector, las empresas afrontan también notables descensos en restaurantes de empresas, cafeterías de hospitales, eventos y espectáculos y en el sector transportes, entre otros, acumulando un descenso en su actividad que podría superar el 65%.
Solo en el sector de la enseñanza los dos últimos meses han supuesto ya una bajada de 344 millones de euros de facturación y que la práctica totalidad de sus trabajadores se encuentren en una situación de Erte
Tratándose de un sector intensivo en mano de obra, el 53% de los trabajadores están afectados por expedientes de regulación temporal de empleo. Por su parte, Food Service España sigue manteniendo un diálogo abierto con todas las administraciones y trabajando activamente en la reactivación de contratos, preservando la viabilidad empresarial de todas las empresas que forma el sector, y la continuidad laboral de los 92.000 puestos de trabajos adscritos a las empresas de la Federación.
Priorizando calidad y salud
En el ámbito escolar, la paralización de los comedores ha dejado al descubierto necesidades que afectan a familias y niños en situación de vulnerabilidad. Ante ello, las empresas de la Federación, todas ellas homologadas y actuales adjudicatarias de los servicios en las diferentes administraciones y organismo públicos en los que actúan, han puesto a disposición de las autoridades de cada comunidad y de cada entorno local sus capacidades, experiencia, solvencia técnica y logística para prestar servicio a estas familias. Garantizan que pueden seguir ofreciendo a los niños los mismos menús saludables, variados y equilibrados, cuidando alergias e intolerancias alimentarias individuales y patologías médicas (como puede ser la diabetes).
Hospitales, residencias y escuelas
Frente a esta paralización, el servicio de restauración en hospitales y residencias se ha mantenido, teniendo que adaptar la estructura y logística de las compañías a las crecientes necesidades, especialmente con la apertura de nuevos centros hospitalarios como Ifema y otros muchos espacios puntualmente habilitados para la prestación de servicios sanitarios relacionados con el Covid-19. En total, en este ámbito socio sanitario han seguido trabajando, «con total discreción», más de 43.000 personas entre cocinas, atención asistencial y servicios logísticos en toda España.
Food Service España reclama un diálogo abierto con las instituciones y la búsqueda de soluciones que permitan el desarrollo de un sector tan esencial como es el de la restauración colectiva, que alimenta anualmente a más de 8,5 millones de personas
En el ámbito escolar, las nuevas exigencias de seguridad van a precisar cambios en la dinámica del centro, como podrían ser menos alumnos por aulas, más turnos en los comedores, control en el uso adecuado de mascarillas, guantes, hidrogel… «Todo ello deberá ser consensuado y afrontado junto a los propios centros educativos», explican.
Afrontando la era post Covid19
La restauración afronta por tanto un reto enorme que parte ya de una situación muy adversa que se ha saldado con Ertes y otros ajustes estructurales. A todo ello se suman los problemas financieros y de liquidez que ponen en riesgo la continuidad de muchas empresas, en un sector atomizado donde se mantienen muchas entidades pequeñas y de carácter familiar.
Por ello, de cara al futuro inmediato, Food Service España reclama un diálogo abierto con las instituciones y la búsqueda de soluciones que permitan el desarrollo de un sector tan esencial como es el de la restauración colectiva, que alimenta anualmente a más de 8,5 millones de personas. Desde la federación señalan que, en estos momentos, el sector necesita ayuda y escucha por parte de la Administración para poder seguir funcionando con su actividad principal.