El sector de la restauración se adapta a la nueva normalidad y muestra su dinamismo a la hora de adaptarse a las demandas de los consumidores. Es el caso de la mesa-barra compartida de Víctor Conus, donde se come lo que pone el chef; el chuletón a precio único de Maison Carne o la cocina thai, contundente y saludable, de Pitaya. En el trasfondo, precios sin sorpresas, ofertas más asequibles y materias primas cuidadas.
La mesa compartida (y segura) de Conus
A principios de año el inquieto chef Víctor Conus recalaba en Vigo para hacer realidad su sueño de «cocinar como sus padres y abuelos» abriendo el restaurante La Mesa de Conus, con un interesante concepto de mesa-barra ‘única’ para compartir con un máximo de 10 miembros sentados a su alrededor, en la que el propio Víctor elabora y sirve a la hora justa lo que comprado en el mercado.
Tras el parón del confinamiento, el restaurante ha reabierto sus puertas con un aforo máximo de 12 personas si son del mismo grupo; si son de grupos distintos es de 10 y se reparten en la mesa en la mesa alta y en las bajas, manteniendo las distancias preceptivas.
En el menú, cocina de mercado a base de excelente materia prima gallega con una oferta única que elige el chef, con seis pases y algunas sorpresas, a un precio único: 44 euros por persona, bebidas aparte. Sólo hay dos cosas que no cambian cada día: el jamón ibérico de bellota Doña Lola y las croquetas de la yaya. Además, Víctor sigue preparando algunos platos para llevar, que se recogen en el restaurante.
La experiencia cárnica de Maison Carne
Maison Carne también ha reabierto su reapertura su restaurante en España, situado en el corazón del Eixample barcelonés (calle Mallorca 204, esquina Enric Granados). Ofrece a los amantes de la carne una experiencia gastronómica basada en el chuletón de 1 Kg de vaca Frisona alimentada durante 12 meses con pura hierba, y cocinado al horno brasa Josper.
Perfecto para 1 o 2 personas a compartir por un precio único de 29€, el chuletón se acompaña de un cono de patatas fritas caseras y ensalada de la casa. Ya en mesa, cada comensal podrá terminarlo a su gusto. No es carne madurada, sino fresca y muy bien tratada.
La casa también frece gratuitamente, mientras se hace el chuletón, el tradicional paté de Cabanes, producido artesanalmente en Douzens (cerca de Carcassone), como aperitivo. Además, dispone de una bien surtida tabla de quesos, con diferentes opciones a degustar y un método de pago marcado por el peso-consumo de cada cliente.
Maison Carne también dispone de su propio vino de la casa producido por la cave Coopérative d´Embres et Castelmaure con D.O AOC y servido en una botella Magnum de 24 cm, donde cada centímetro consumido tiene un precio de 1 €. También cuenta con una cuidada carta de vinos franceses y españoles.
Una fórmula asequible con una agradable decoración única de antigua carnicería… y que de hecho también funciona como tal, ya que también se puede comprar el chuletón y llevárselo a casa crudo por 20 € la pieza de 1 Kg.
Pitaya Málaga, «street good» de Tailandia
Tras triunfar en Francia con su exitoso concepto de thai street food y con 75 locales repartidos por todo el mundo, Pitaya llegaba hace escasamente un año en a España, concretamente al centro histórico de Málaga, y pronto estará presente en más ciudades españolas.
Su restaurante malagueño destaca por una oferta con todo ambiente urbano del street food del Sudeste asiático: comida sana, rica, original, con sabores exóticos y a buen precio. Los platos se preparan al minuto frente al cliente, que disfruta del espectáculo de las llamas. Se pueden degustar in situ, en la terraza y también para llevar y con entrega a domicilio.
La cocina de Pitaya es es colorida, sencilla, generosa y sabrosa, y se elabora con ingredientes naturales, preferiblemente bio y sin gluten; hay opciones vegetarianas. Sus platos son únicos, contundentes, con los que se puede crear menús para adultos y niños (ambos con bebida y un postre) o añadir ingredientes o toppings extra. Para beber, cervezas orientales y bebidas exóticas, tés, agua de coco o zumos. El precio medio de la carta es de 12 €.