Cataluña ha ordenado el cierre de bares y restaurantes durante 15 días: los establecimientos solo podrán servir comida a domicilio, con el objetivo de reducir la movilidad y las interacciones sociales ante el implacable avance del Covid-19. Para los hosteleros la medida es desproporcionada y conlleva enormes daños económicos.

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Las nuevas restricciones que ha anunciado la Generalitat de Catalunya por el aumento de la incidencia de la pandemia de coronavirus, que tendrán una vigencia de 15 días, dejan a los bares restaurantes de toda Cataluña sin servicio dentro del local y en la terraza: su actividad queda reducida únicamente al servicio de comida para llevar o take away, algo que muchos establecimientos no ofrecen.

La Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm) ha mostrado su descontento con esta medida del Govern por «desproporcionada, arbitraria, e ineficaz», y cifra en 900 millones de euros las pérdidas derivadas del cierre de los locales hosteleros. Por ello, ha anunciado que recurrirá esta medida ante el TSJC: «Fecasarm solicitará al Tribunal Superior de Justicia, como medida cautelarísima, la suspensión de la vigencia de la resolución».

Según la Federación, unos 30.000 locales se verán afectados por el cierre de 15 días, lo que provocará una pérdida de 2.000 euros diarios de media a cada uno. Además, prevé que el número de empresas del sector de la restauración que no podrán llegar a finales de año subirá del 40% hasta el 50%.

Joaquim Boadas, secretario general de Fecasarm, señala que el cierre total de la hostelería es contraproducente: «esto ya se ha demostrado con el cierre de la vida nocturna; las infecciones han seguido aumentando. ya que la gente ha seguido reuniéndose en lugares mucho menos seguros (…) Cerrar todo no es la solución y solo conseguirá arruinar innecesariamente a miles de familias. Seguiremos reuniéndonos y encontrándonos, y lo haremos en lugares más inseguros y sin medidas de seguridad».

Por su parte, el Gremi de Restauració de Barcelona ha asegurado que el cierre de bares y restaurantes durante 15 días «hundirá Barcelona» y destruirá el motor de la economía catalana. «Antes de tomar una medida drástica de cierre de la actividad de restauración, una medida que perjudique aún más la viabilidad económica de miles de familias se deben encontrar alternativas», afirma el director general de la entidad, Roger Pallarols, para quien la decisión del Govern es «inapropiada» y jurídicamente «muy cuestionable», por lo que la van a recurrir. Así mismo, reclama al Govern que articule mecanismos para que el sector pueda seguir operando.

Hostelería de España: «se imponen políticas restrictivas»

Para la patronal Hostelería de España, las medidas que se han aprobado en Cataluña «vuelven a demostrar que se imponen políticas restrictivas en lugar de soluciones preventivas o propuestas de ayudas a un sector que está sufriendo las peores consecuencias en esta fase de la pandemia, debido a las limitaciones continuas que está sufriendo por parte de las autoridades».

Estas restricciones «sitúan el foco de contagio en la hostelería de manera injustificada», señala la patronal. Según datos de BI Sectorial – Mutuas colaboradoras con la Seguridad Social, que establecen la incidencia de Covid-19 por sectores, solamente el 5,35% de los trabajadores del sector hostelero ha tenido baja laboral por el virus frente a otros sectores como el sanitario (33,90%) o incluso el comercio (7,25%).

Desde la patronal hostelera insisten en que deje de situarse el foco de contagio en este sector, “porque no existen evidencias sanitarias ni datos que justifiquen las restricciones a las que nos están sometiendo”. La criminalización del sector solo agrava la situación, que ya sitúa en 100.000 el número de establecimientos hosteleros que podrían echar el cierre en todo el país.

Al anuncio de la Generalitat de Catalunya se suma el de la ciudad de Melilla, que también cierra bares y restaurantes durante 15 días. La ciudad de Ourense, por su parte, ha cerrado el interior de los bares.

Fuera de España, Holanda y República Checa han cerrado bares y restaurantes, mientras Bélgica, Francia y Reino Unido han cerrado bares en zonas muy afectadas por la pandemia.