El estudio Paco Lago ha realizado el interiorismo del restaurante japonés Ta-Kumi de Marbella, el proyecto personal de los chefs Álvaro Arbeloa y Toshio Tsutsui. El resultado es un establecimiento que ofrece una inmersión total en la esencia nipona, toda una experiencia sensorial.
De Marbella a Japón… y viceversa. Álvaro Arbeloa y Toshio Tsutsui son dos chefs que han recorrido un camino inverso y enriquecedor, de una punta a otra del mapa, de manera que cuando sus trayectorias profesionales se cruzaron en la cocina de un hotel de gran lujo en Mallorca, surgió el germen de lo que sería luego Ta-Kumi, un lugar donde viven y transmiten la pasión compartida por la cocina japonesa.
Takumi, en japonés, significa «maestro artesano» y es además la unión de las iniciales de Toshio, su itamae, y Álvaro, director gastronómico, más ‘kumi’ (equipo, en japonés). Toda una declaración de intenciones por parte de dos chefs que miman cada una de las propuestas de su carta y a quienes se suma Emi, también nipona y cocinera, esposa de Toshio.
En su búsqueda de la excelencia no sólo exigen el mejor pescado, sino que haya sido tratado y sacrificado de la mejor manera posible, aspecto que influye en su posterior textura y sabor en boca. Técnica japonesa y producto mediterráneo, rigor y un conjunto de texturas presentadas con gracia por Anabel, responsable del servicio de sala y esposa de Álvaro.
Pese al exitoso camino del Ta-Kumi marbellí y su sólida reputación, el diseño interior del restaurante no estaba al nivel de su cocina. Por ello el estudio de interiorismo Paco Lago tuvo el reto de mejorarlo. Su labor era clara: elevar el concepto y hacer que, además de gastronómica, la experiencia del cliente final fuese completa, sensorial y perceptiva, a través de los elementos, luces y rincones de un espacio que, obligatoriamente, tenía que evocar al Japón más costumbrista.
El estudio puso toda su creatividad para servir a la geometría y naturaleza, diseñando nuevos espacios. Maderas nobles, cementos e inscripciones legendarias en japonés nativo crean un auténtico viaje para el comensal dentro de Ta-kumi, donde la experiencia no es simplemente gastronómica. Se ha cuidado hasta el más mínimo detalle de la decoración interior, siempre con la constante presencia del cuchillo, herramienta legendaria en la cultura culinaria japonesa, que sirve como hilo conductor de la propuesta de diseño.
Como si de un afilado cuchillo se tratase, el diseño interior de Ta-Kumi conjuga la madera con los tonos grisáceos, presentes en empuñaduras, hojas y piedras que los cocineros japoneses utilizan como herramienta de trabajo. El cliente entra a un espacio concebido en la propia cultura japonesa, y donde cada rincón representa otro paso dentro de esta milenaria tradición.
Tras la intervención de Paco Lago, en la que el tiempo de ejecución y un presupuesto acotado fueron claves, la terraza ha quedado totalmente integrada en el restaurante, en el que las estructuras de madera han sido modificadas y la iluminación directa e indirecta (de Hidalgo Monci) permite jugar con la atmósfera. La luz juega de hecho un papel fundamental en este proyecto, ya que se concibe como un elemento complementario a la comida: permite realzar el color, textura y apariencia de los platos.
El mobiliario de madera ha sido hecho a medida; las paredes se han vestido con revestimientos Vescom, y en los techos se han empleado soluciones de Innovus y Heraklith. En los suelos, pavimentos antideslizantes porcelánicos en gris y wengué. Las ventanas exteriores son de Lumon, y las puertas de Manusa.
El resultado final es «otro» establecimiento que ahonda profundamente en las raíces de la cultura japonesa. Los elementos se combinan de forma que, además de lo culinario, proporcionan una sensación completamente nipona y relajante, con un diseño, ahora sí, a la altura de la cocina.