Con la pandemia paralizando la industria turística, el sector hotelero está desarrollando fórmulas para mantener la actividad, como las largas estancias, que atraen a establecimientos de todas las categorías.
«Los usos alternativos son vitales para los alojamientos en los tiempos del Covid-19″, afirma Oliver Winter, CEO de de la cadena de hoteles y hostels asequibles a&o. «Las restricciones y prohibiciones al turismo nos obligan a ser más creativos y a pensar en soluciones que puedan afianzarse en el largo plazo«.
Una de ellas es la conversión de algunas de las instalaciones del hotel en oficinas o espacios de trabajo y coworking, que se venden por días u horas. Y otra es el alquiler de larga estancia, que antes de la pandemia se utilizaba para grupos de trabajadores que debían desplazarse a un destino durante largas temporadas.
Con la extensión del teletrabajo aumentan las oportunidades de desplazarse entre diversos destinos para trabajar, especialmente si los alojamientos ofrecen tarifas especiales para atraer a estos viajeros «híbridos». “Aunque aún hay muchas limitaciones en la movilidad, si se afianza el teletrabajo, los hoteles, y en especial las cadenas, pueden ser buenas alternativas a contratos de alquiler más rígidos, especialmente para los nómadas digitales”, explica Winter. Para ellos a&o cuenta con “casas” para sus huéspedes en diferentes ciudades europeas. “Vivir en el centro de una de las grandes urbes europeas a partir de 375 euros al mes no es que sea difícil, es imposible en muchos casos; nosotros podemos ofrecerlo, y con todas las ventajas de vivir en un hotel”, afirma.
Los apartamentos con servicios de Radisson
No sólo cadenas económicas: también los grandes grupos hoteleros contemplan las largas estancias como una línea de negocio. Es el caso de Radisson Hotel Group, que ha decidido potenciar su propuesta de estancias prolongadas y aumentar su cartera de apartamentos con servicios en la zona EMEA (Europa, Oriente Medio y África): en concreto, quiere duplicarla en los próximos cinco años.
El plan de expansión de Radisson se centra en combinar hoteles y apartamentos con servicios en un mismo desarrollo o bien de manera independiente, dirigidos a aquellos clientes que buscan un ambiente «residencial» u hogareño cuando viajan, ya sea por placer o por negocios, en una estancia corta o más larga. La propuesta ofrece estudios y apartamentos de una y dos habitaciones con cocina totalmente equipada, baño en la habitación, recepción las 24 horas del día, servicio de limpieza, espacios comunes atractivos, opciones de comida y bebida, e instalaciones de ocio.
Lo cierto es que cada vez más hoteles españoles se están lanzando a ofrecer la opción de larga estancia, partiendo de una estancia mínima de un mes, con precios entre 400 y 1.000 euros y destinada inicialmente a estudiantes, profesionales y personas que necesitan estancias temporales. Pero esta oferta atractiva a precios muy interesantes, con el sector hotelero prácticamente paralizado, puede tentar en estos momentos a más de uno como alternativa al alquiler convencional.
Al hilo de esta demanda, la plataforma de alquiler Badi anuncia su desembarco en el sector hotelero y está cerrando acuerdos con distintas cadenas para ofertar hasta 400 habitaciones en alquiler de larga estancia. Se prevé que las cadenas podrían llegar a destinar hasta un 20% de sus habitaciones a este nuevo tipo de uso. “Se trata de un modelo de explotación de los activos hoteleros consolidado a nivel internacional y que en España está teniendo muy buena acogida”, señala Carlos Pierre, CEO de Badi, que va a ofrece un modelo híbrido de alojamientos, mezclando habitaciones privadas con habitaciones de hoteles