El Ayuntamiento madrileño ha declarado a sus 12 restaurantes centenarios «espacios culturales y turísticos de interés general». Una medida con la que quiere poner en valor este valioso patrimonio de la capital, cuya supervivencia se está viendo amenazada por la crisis sanitaria: su facturación ha descendido hasta un 80% por la caída del turismo.
El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado, a propuesta del Área de Cultura, Turismo y Deporte, declarar a los restaurantes centenarios de la capital «espacios culturales y turísticos de especial significación ciudadana e interés general para la ciudad». Tradición, cultura y gastronomía distinguen a estos establecimientos que acumulan siglos de historia. Con esta medida, el consistorio quiere poner en valor este valioso patrimonio, cuya supervivencia se está viendo seriamente amenazada por la crisis sanitaria derivada de la pandemia.
En la ciudad se conservan 12 establecimientos de este tipo agrupados en la Asociación de Restaurantes y Tabernas Centenarios de Madrid (RCM): Bodega de la Ardosa (fundada en 1892), restaurante Botín (1875), Café Gijón (1888), Casa Alberto (1827), Casa Ciriaco (1887), Casa Labra (1860), Casa Pedro (1825), La Casa del Abuelo (1906), Lhardy (1839), Malacatín (1895), Posada de la Villa (1642) y Taberna Antonio Sanchez (1787).
Pérdidas económicas
La facturación de estos restaurantes centenarios ha descendido hasta el 80% según datos de la RCM, debido en gran medida a la falta de asistencia de público al centro de Madrid. El turismo internacional ha caído más del 90%, y el nacional cerca del 70%. A ello hay que sumar la ausencia de terrazas en casi todos ellos y el hecho de que, debido a sus singulares características, no tienen una demanda significativa en el campo de la comida a domicilio.
Para ayudar a paliar esta situación, el Ayuntamiento de la capital ha decidido declarar a estos establecimientos espacios culturales y turísticos de especial significación en interés general. Con el mismo objetivo de apoyar al sector, el Área de Cultura, Turismo y Deporte editaba el pasado mes de junio un mapa cultural ilustrado, con imágenes de Mario Jorda, que presenta los 12 establecimientos emblemáticos de la ciudad con más de un siglo de historia. La publicación, bilingüe en español e inglés y con una tirada de 60.000 ejemplares, se puede conseguir en el portal esmadrid.com y en instalaciones municipales como bibliotecas, puntos de información turística y centros culturales.
Testigos de la historia
Cocido madrileño, callos, soldaditos de Pavía, tortilla de patata, rabo de toro, bacalao rebozado, una caña bien tirada, vermut de grifo… Estos emblemáticos restaurantes llevan más de 100 años preparando los platos típicos de la ciudad y sirviendo los mejores vinos de la región sin dejar de lado la innovación y las tecnologías actuales.
Además de atesorar la historia de la gastronomía, estos restaurantes centenarios han sido testigos del devenir de la política, la literatura, la pintura o la tauromaquia. Algunos de los capítulos de la historia de la villa se han escrito entre sus paredes, como en el mítico Lhardy, donde se han urdido derrocamientos de reyes y políticos, celebrado reuniones de ministros con Primo de Rivera, decidido nombramientos como el de Niceto Alcalá- Zamora y celebrado éxitos como los de la cupletista Consuelo Vello ‘La Fornarina’.
Casa Labra acogió la fundación del PSOE en 1879, y hasta antes de su cierre por la pandemia seguía congregando colas de madrileños y visitantes para degustar sus famosos soldaditos de Pavía y sus croquetas de bacalao. El edificio que alberga Casa Alberto se construyó sobre otro anterior del siglo XVI donde estuvo la casa en que Cervantes escribió el Viaje del Parnaso. En cuanto a Casa Ciriaco, fue frecuentada por el pintor Ignacio Zuloaga, los artistas Eduardo Vicente y Gerardo Rueda y escritores como Valle Inclán, Camba o Bergamín.
Las tertulias literarias del Café Gijón, donde se entrega el premio anual de novela homónimo fundado por Fernando Fernán Gómez, están ahora en riesgo de desaparecer, así como La Casa del Abuelo y sus famosas gambas; el mostrador de ónice y los guisos de Casa Alberto; el pantagruélico cocido madrileño de Malacatín; la gallina en pepitoria de Casa Ciriaco; los asados de Posada de la Villa (1642); los vinos que han atraído a la realeza a Casa Pedro o el ambiente taurino de Taberna Antonio Sánchez.