Una buena ventilación mecánica permite reducir hasta más de tres veces el riesgo de contagio de Covid-19 por aerosoles en interiores de restaurantes y bares. Así lo confirma un estudio de Soler & Palau, que refuerza la importancia de una ventilación adecuada y regular y el uso de sistemas de ventilación mecánicos controlados.
El estudio “La importancia de una buena ventilación (antes, durante y después de una pandemia global)” elaborado por Soler & Palau, constata que con los caudales de renovación del aire interior exigidos por el Rite (Reglamento para Instalaciones Térmicas en Edificios) y proporcionados por la ventilación mecánica, se logra reducir hasta más de tres de veces el riesgo de infección por SARS-CoV-2 a través de aerosoles respecto a la ventilación natural en interiores de espacios como restaurantes y bares.
“El objetivo de este análisis, que nuestro equipo de ingenieros ha elaborado de forma rigurosa y objetiva, es concienciar a todos los usuarios y administraciones públicas de la importancia de una correcta ventilación, y validar si el marco normativo vigente es suficiente para reducir hasta niveles aceptables las posibilidades de contagio por aerosoles”, explica Albert Bach-Esteve, director técnico de Soler & Palau.
Los resultados confirman la importancia de una ventilación adecuada y refuerzan los argumentos a favor del uso de sistemas de ventilación mecánica, que permiten obtener caudales de renovación más elevados y, sobre todo, mejor controlados que la ventilación natural, lo que se traduce en una menor probabilidad de infección. Así mismo, también se evita la entrada de ruido y contaminantes del exterior, y se potencia el ahorro energético.
El estudio se centra en comparar ambos tipos de ventilación (mecánica y natural) únicamente en cuanto a su eficacia para reducir la probabilidad de infección por aerosoles, mediante el modelo de análisis de riesgo de contagio por estas partículas en espacios interiores como restaurantes y bares.
Dos casos posibles en un bar o restaurante
En el estudio se analizan dos casos plausibles en un bar/restaurante. Se parte de un local de 90 m2 de superficie, con un volumen total de 270 m3, un aforo de 35 clientes, todos sin mascarilla, y un camarero, con mascarilla. El servicio del restaurante se divide en dos turnos de 2 horas cada uno, tras cada uno de los cuales se renueva la clientela.
En el primer caso se toma a uno de los camareros como infeccioso, portando mascarilla. En el segundo caso se considera que uno de los clientes del primer turno está infectado y que no hay ningún cliente infectado en el segundo turno.
Puesto que entre el primer y el segundo turno se renueva la clientela, se deben de considerar por separado las probabilidades de infección de cada uno, ya que al principio del primer turno el ambiente está libre de quanta (dosis del patógeno en aerosol, la inhalación de la cual conduce a una infección con una probabilidad del 63,3%) mientras que al inicio del segundo turno hay una concentración de quanta dependiente de la
cantidad de renovaciones de aire.
Para el caso de clientes de un restaurante comiendo sin mascarilla, es fundamental disponer de un adecuado sistema de ventilación para asegurar que, si un cliente infectado acudiera al local, su aportación de dosis infecciosas al ambiente se disipe lo más rápido posible
Se puede concluir de forma cuantitativa que, para el caso de clientes de un restaurante comiendo sin mascarilla, es fundamental disponer de un adecuado sistema de ventilación para asegurar que, si un cliente infectado acudiera al local, su aportación de dosis infecciosas al ambiente se disipe lo más rápido posible y reducir considerablemente el riesgo para los clientes del turno posterior.
Se observa además que, si se cumple con la cantidad de renovaciones hora marcada por el Rite, se reduce a más de la mitad el riesgo de infección. En cuanto a los contagios y considerando para cada caso los caudales de ventilación natural, renovaciones establecidas por el Rite y renovaciones necesarias para obtener una probabilidad equivalente del 1%, se obtienen los resultados presentados en la siguiente tabla:
Las principales conclusiones del estudio ponen de manifiesto que el uso de mascarillas y una renovación regular y constante del aire en el interior son claves para evitar la transmisión de partículas infecciosas a través de aerosoles.