Tras un año de reforma parcial y cambio de estilo, vuelve a abrir sus puertas el hotel Empordà Golf, un cuatro estrellas de 86 habitaciones situado en el corazón del Empordà. Un lugar perfecto para desconectar, tras la cuidosa rehabilitación realizada por el estudio internacional Lagranja Design. Sandra Tarruella, por su parte, ha renovado la Casa Club.
Construido en 2005 por el arquitecto catalán Carles Ferrater, la nueva propiedad del hotel, la empresa Emesa, ha realizado durante 2020 su modernización y renovación de la mano del estudio internacional Lagranja Design, dando lugar a un establecimiento mucho más confortable y funcional.
Situado en un lugar privilegiado, el complejo disfruta de una ubicación privilegiada entre los pueblos medievales más bonitos del Empordà y las calas más exclusivas de la Costa Brava.
El objetivo de Lagranja Design era celebrar el aspecto social único del juego y el golf, y hacer que el edificio moderno y compacto del hotel resulte «tan acogedor, cómodo y atemporal como la propia Costa Brava».
Para ello el estudio se ha inspirado en la arquitectura vernácula de la Costa Brava, conocida como ‘racionalismo catalán‘, para abrir las áreas públicas del hotel y crear un flujo espacial sin perder la sensación de intimidad, algo importante en esta era del distanciamiento social. «Se quitó una rampa, conectando visualmente el interior del hotel con los greens del campo de golf», explican los interioristas. «El área pública de dos niveles, que alberga una recepción y un bar, salón e instalaciones para el desayuno, se ha reorganizado en torno a elementos a gran escala (una chimenea, plantas de macetas de gran tamaño) creando ‘espacios dentro de los espacios’ cálidos, perfectos para conversar y socializar».
Tras la reforma, el hotel luce ahora un look más internacional, moderno y al mismo tiempo acogedor, inspirado en elementos tradicionales de la zona, como el cañizo, la cerámica o la cestería, pero con una versión actualizada. El mobiliario se ha diseñado por Lagranja especialmente para el hotel, con elementos hechos a mano por artesanos locales, fusionando naturalidad con un aire fresco y mediterráneo.
Elaborada en talleres de la región, la arcilla aparece en muchas formas en el hotel, desde urnas de gran tamaño (la más grande parece que «sostiene» la escalera del entrepiso), pantallas de lámparas, rincones de conversación con azulejos y el bar en sí. La cestería y el tejido textil son protagonistas en elementos del mobiliario, las alfombras naturales y la iluminación, con sencillas lámparas colgantes y de pie en forma de cesta que emiten una suave luz.
La madera natural, los tonos turquesas tenues, grises y verdes y las formas orgánicas suaves componen una decoración cálida y reconfortante que fusiona el racionalismo funcional con el moderno estilo mediterráneo.
La filosofía de Lagranja Design es crear muebles y decoración exclusivos y personalizados para cada proyecto. En este caso el estudio invitó a dos conocidos ilustradores, Emiliano Ponzi y Ricard Jorge, a crear una imagen visual para el hotel; imágenes que recuerdan carteles de la época dorada de los viajes y celebran el juego del golf en sí. Los carteles se han colgado, en varios tamaños, en las áreas comunes y las habitaciones, creando una fuerte identidad de marca que comunica el espíritu y el propósito revividos del hotel.
Este mensaje destaca especialmente en el mural «vivo» de 6 x 6 metros hecho de arcilla local. Concebido por Lagranja y la artista Matilde Grau, se pidió a los miembros del club de golf del hotel que marcaran su pelota contra la superficie mientras aún estaba mojada, creando una textura lunar y un eterno recordatorio de la nueva era del club. Papeles pintados y cuadros también se inspiran en el mundo golfístico y dotan de personalidad a los diferentes espacios….
Habitaciones cómodas y luminosas
Las 86 habitaciones, luminosas y confortables, se dividen en tres categorías y se han decorado en la línea del resto del hotel, en tonos cálidos y con muebles diseñados a medida, dentro del estilo fresco y moderno que caracteriza al establecimiento. Todas disponen de amplias terrazas, con vistas bien al macizo del Montgrí o bien al campo de golf.
Unas de las zonas más atractivas del complejo es la piscina que se encuentra a los pies del hotel, junto a una amplia terraza, un oasis de paz donde disfrutar de un momento de relax o de una degustación de los productos regionales de calidad ofrece Terrafonda, uno de los dos restaurantes, atractivos e informales, de que dispone eh hotel.
Ubicado en la planta baja, con salida a la terraza con vistas a la piscina, Terrafonda es un espacio desenfadado y flexible diseñado para adaptarse a diferentes usos, como talleres, eventos, celebraciones, conciertos…
La Casa Club, obra de Sandra Tarruella Interioristas
En la Casa Club, independiente del hotel y también con una amplia terraza desde donde admirar las puestas de sol del Empordà, se encuentra el restaurante Terraverda. Se trata de un espacio distinguido e informal, de inspiración mediterránea y ambiente íntimo, obra del estudio Sandra Tarruella, al igual que el resto de las instalaciones de la Casa.
En el comedor han optado por ubicar la barra en el extremo más visible desde la entrada y tienda del club. «Al ser la barra la zona donde se produce más ruido en un restaurante, aprovechamos para bajar y recubrir el techo en lamas de nogal y material acústico«, explican. Es una barra en isla realizada en mármol crema levante. «Conseguimos mantener la zona de exposición fría para conservar la comida que se va sirviendo a lo largo del día: bollería y bocadillos en el desayuno, exposición de ensaladas y tapas para comer,… Además, emplazamos la cafetera y un botellero con licores».
También se ha bajado el techo de la nave principal con caña y absorbente para dar más confort tanto acústico como de estética rústica, más adecuada al entorno. Unas cortinas de caña colgadas muy altas hacen las ventanas más esbeltas y adecuadas al tamaño de la estancia.
Dentro del comedor, una gran mesa de hierro hace la función de eje de distribución de las diferentes maneras de sentarse a su alrededor, y a la vez de apoyo a los camareros y soporte de una gran lámpara de pantalla y un centro de vegetación autóctona para decorar y señalizar el centro del espacio.
A su derecha, saliendo de cocina se encuentra otro salón con chimenea para acabar tomando el café o una copa al lado del fuego. La terraza se ha amueblado de la misma forma, con mobiliario que permite sentarse de diferentes maneras, para comer, tomar un aperitivo o simplemente esperar a los amigos.
La oferta gastronómica del restaurante Terraverda es dinámica y fresca, y potencia los productos locales, incluida la nueva carta de brasa.
La esencia del renovado hotel Empordà Golf se manifiesta también en un estilo de vida saludable que promueve el deporte al aire libre y el disfrute de la naturaleza. Yoga, rutas en bici o disfrutar de su piscina exterior son algunas de las actividades que se pueden disfrutar desde el hotel, sin olvidar el eje principal de este proyecto: los dos espectaculares campos de golf diseñados por el prestigioso arquitecto Robert Von Hagge, que custodian el complejo.