Lázaro Estudio firma el nuevo interiorismo del edificio histórico de Portugalete que ocupa este histórico hotel situado en la margen izquierda de la ría de Bilbao, frente al simbólico Puente Colgante, Patrimonio de la Humanidad.
Puente Colgante Boutique Hotel ocupa un edificio de estilo colonial que fue una vivienda construida por Manuel Calvo y Aguirre, que hizo fortuna en La Habana a mediados del siglo XIX gracias a sus empresas de cultivo de caña. Regresó a Portugalete en 1898 para fijar su residencia en la mansión que a su muerte dejó dicho que se convirtiera en hotel y que sus beneficios se destinaran a alimentar a los menesterosos.
El establecimiento inicia una nueva etapa tras la reforma realizada por Lázaro Estudio, que ha reforzado el carácter, historia y singularidad del edificio a través de un interiorismo colorista y colonial, que recuerda a los hoteles de la antigua Habana y su espíritu de ultramar.
Llama la atención la fachada, que ahora luce en un potente azulón. En el interior, colores como amarillo, verde, gris, azul… se combinan para transmitir una sensación vibrante y de calma a la vez. Los textiles y la madera ahondan en esa sensación de confort y paz.
En la recepción destaca un antiguo ascensor recuperado donde se ubica una máquina de café, que los huéspedes pueden tomar de forma gratuita. Todas las paredes están revestidas con papel pintado de Arte, en lino, que da la sensación de pared entelada. Para la zona de mostrador, Raquel Lázaro, responsable del estudio, ha apostado por atrevido papel en zig zag realizado en tablillas de sisal de la colección Ocullaire.
El hotel boutique cuenta con 74 habitaciones: 4 junior suites y 70 habitaciones dobles, 25 de ellas con vistas sobre el Puente Colgante. Con un interiorismo fresco y cálido, están vestidas en diferente colores; lucen papels pintados con motivos tropicales de Cole & Son y muebles, cabeceros y lámparas de enea (muchos realizados a medida por el estudio de interiorismo). La lámpara del techo, a modo de chandelier, es un diseño de la marca francesa Market Set, que se repite en los salones y restaurante del hotel.
Espacios gastronómicos
El hotel ofrece ahora a visitantes y huéspedes la coctelería-louneg Cromwell, inspirada en los antiguos locales clandestinos de los años 30 y que recupera el nombre de un icónico bar de Portugalete. Se trata de in local íntimo donde disfrutar de una copa o escuchar o conciertos en vivo de jazz y blues, además de disfrutar de las «Vinilo-Sessions» los domingos. En las paredes, una colección de instrumentos propiedad del director del hotel, Ricardo Campuzano, gran melómano que trasmite esa pasión por la música en todas las estancias del hotel, amenizando las veladas con las playlists que él mismo prepara para sus huéspedes.
En la coctelería destaca el revestimiento de paredes y techos con un papel de House of Hackney de marcado estilo victoriano, con motivos tropicales. Las moquetas de sisal son de la colección Keplan, y el mobiliario ha sido realizado a medida por Tapizados Moradillo.
El Paladar es el nombre del bar-restaurante del hotel. Se separa del salón contiguo por una gran librería de roble y puertas de enea que alberga una colección de figuras del artista Guille García-Hoz. Los azulejos de la barra se recuperaron en un anticuario del sur de Francia, y gran parte de la iluminación ha sido fabricada a medida por Tao Lighting. Un espacio perfecto para degustar platos de la carta o raciones creativas, pintxos y platillos cubanos.
Finalmente, en el bar Tap Station se puede disfruar de cervezas de barril de diferentes partes del mundo servidas a la temperatura perfecta. No falta tampoco un típico «Txoko» vasco a modo de reservado, que es también un aula gastronómica. Además, el hotel ofrece amplios salones para reuniones de empresas y un gimnasio
Una nueva etapa bajo una nueva dirección para el histórico hotel portugalujo, que inició su reforma integral en 2019 dispuesto a ofrecer a huéspedes, locales y visitantes nuevas experiencias de gastronómicas, de alojamiento y de ocio.