Situada frente al Mercado de Santa Caterina, en pleno centro de Barcelona, Ikoya Izakaya es el nuevo proyecto gastronómico de estos dos chefs, firmes defensores del producto de mercado, del fuego y de la pulcritud de la técnica.
Como su nombre indica, Ikoya Izakaya está inspirada en las tradicionales izakayas o tabernas japonesas, y ha nacido para ofrecer «una cocina popular directa, de producto natural y sabores legendarios», señalan sus promotores, el chef japonés Hideki Matsuhisa, de Koy Shunka, y el cocinero vasco Iñaki López de Viñaspre (Grupo Sagardi).
Pese a la delicada situación que vive actualmente la hostelería, Ikoya «es un grito de felicidad» y quiere atraer a todos los amantes de la cultura nipona con una cocina de raíz adaptada a los nuevos conceptos, con un fuerte compromiso por la pureza del producto, y con la estética y el ambiente característicos de una izakaya de Tokio.
Hideki Matsuhisa, que cuenta con una estrella Michelin en su restaurante barcelonés Koy Shunka, explica que Ikoya «es el regalo que me hago a mí y a Barcelona, después de todos estos años cocinando juntos. Yo le he enseñado la pulcritud de la técnica japonesa y ella me ha obsequiado con el bullicio y esplendor de sus mercados, donde he desarrollado un conocimiento preciso de los productos mediterráneos».
«Barcelona se merece una izakaya, como las que siempre he frecuentado en Tokio. Un espacio en el que reina el desorden simpático, esta alegría propia de la ciudad que años atrás enterneció mi rigidez japonesa, dándole a mi gastronomía justo lo que necesitaba para brillar. Una barra para disfrutar y compartir, donde entre el jolgorio, el humo y el sake. Así, mi cocina más seria toma un carácter mucho más informal y divertido«, afirma el chef japonés.
Gastronomía japonesa… y brasas
No es casualidad que Ikoya se sitúe cara a cara con el barcelonés mercado de Santa Caterina (Avda. de Francesc Cambó, 23, donde hace poco estaba una barra de pintxos de Sagardi, Orio). Ikoya se ha concebido como un lugar de encuentro entre el mejor producto de mercado y la pureza de la técnica japonesa. Todo tamizado por el encanto de las brasas, que tanto ama Iñaki López de Viñaspre, y que aquí están presentes a través de la robata, la tradicional parrilla de carbón nipona.
Así, en Ikoya el comensal puede degustar una cuidada selección de sashimis, niguiris, hosomakis y uramakis, así como diversos tipos de ramen, platillos de carne y pescado… Todo armoniosamente maridado con su carta de sakes artesanales.
A destacar, entre otras propuestas culinarias, el sunomono de verduras, las ostras a la brasa, el karaage de pollo, los sashimis, el lenguado con guisantes y trufa, la kokotxa, el wagyu japonés con sukiyaki o el salmonete con calçots: platillos pensados paracompartir y llamados a ser iconos de la propuesta de Ikoya.
El interiorismo de Ikoya es obra de Txema Retana, autor de la última apertura de Grupo Sagardi en Madrid (el restautante Cadaqués), y traslada al comensal a las antiguas izakayas de Kioto, con fuerza y alma urbana. En el local redominan las maderas nobles, el hierro y las telas, que se expresan con el fuego y los aromas que desprende la cocina central a la vista o en la barra de sakes que da la bienvenida al espacio Ikoya.
Esta es la tercera incursión de Sagardi fuera de la cocina vasca, tras los restaurantes Oaxaca y Cadaqués, y la primera en el mundo asiático.