El chef de origen chileno ha recreado en el nuevo Arrayán una atmósfera íntima y elegante, con aires semiclandestinos y tres ambientes diferenciados: un restaurante, un bar – coctelería clásica con tapas de autor y un club privado.
El restaurante Arrayán, primer proyecto propio del chef chileno Javi Cabrera, abrió sus puertas en 2017 en un local local de la madrileña calle Villalar.
La pandemia obligó a cerrar sus puertas, a pesar de estar entre los 50 primeros restaurantes del top100 de ElTenedor 2019. No obstante, cinco de sus clientes más fieles, convencidos del potencial de su singular propuesta, decidieron invertir, esta vez, en un establecimiento mucho más ambicioso, que veía la luz hace varios meses en la calle Marqués del Duero nº 5, entre Cibeles y la Puerta de Alcalá.
Escondido tras una puerta roja Pantone Michelin al más puro estilo de club inglés, el nuevo Arrayán ofrece una atmósfera intimista, con asientos de terciopelo, librerías que crean ambiente de salón de hogar y lámparas de pie bañando de luz indirecta el local. Su clasicismo contrasta con la obra de Pablo Santibáñez, pintor chileno afincado en Chinchón, expuesta en las paredes de todo el establecimiento
El nuevo Arrayán cuenta con 70 plazas, frente a las 28 del local original, y ofrece tres espacios diferenciados: un bar con cocina ‘non stop’ y coctelería clásica, un restaurante de autor y un club privado donde se sucederán desde catas, talleres y maridajes, hasta conciertos, cineforums o encuentros literarios para quienes se hagan socios.
En la planta de arriba se encuentra el comedor, con capacidad para 30 comensales, y el club privado que, en base a las necesidades del restaurante, podrá funcionar como una sala más y reservado para la celebración de eventos y encuentros privados.
Por otro lado, la planta baja alberga una zona más informal donde opera en horario ininterrumpido una carta de tapas gastronómicas con propuestas como las hamburguesas Rossini, la tortilla de patata desestructurada Arrayán, los brioches de rabo de toro o las cremosas de jamón (croquetas). Se sirven también vinos por copas, destilados premium y cócteles clásicos.
Una propuesta gastronómica refinada y libre
Eb la oferta gastronómica de Arrayán, destacan dos básicos de la cocina del chef chileno: su versión del ajoblanco malagueño con sardina ahumada y sorbete de vino tinto, un plato fresco y lleno de contrastes, y su fina y crujiente tarta de manzana.
También son dignos de mencionar el ceviche de corvina con carpaccio de carabinero; el lenguado emulsionado con almendras y piquillo relleno de marisco, o el lomo de vaca vieja con toffee de foie y tatín de chalotas. Creaciones, todas ellas, que expresan el particular estilo refinado y libre del chef, de raíces mediterráneas con influencias variadas
El nuevo Arrayán ofrece tres menús: uno ejecutivo que se sirve a mediodía entre semana; un menú de degustación compuesto por siete pases, y un menú gastronómico de diez pases, cuyo contenido varía cada semana en función de la improvisación del chef y los productos disponibles en el mercado.
Además, el restaurante cuenta con una bodega de cerca de 200 referencias escogidas individualmente por el propio chef. Un 40% de ellas son vinos internacionales –Francia, Italia, Alemania, California, Nueva Zelanda, Sudáfrica, etc.– y entre las nacionales destacan los vinos del marco de Jerez.