La cadena de pizzas con denominación de origen napolitano continua con su expansión y celebra su undécimo aniversario sumando 11 establecimientos propios, los últimos abiertos en Madrid y Bilbao. Además, NAP confirma nuevas aperturas a lo largo de este año-
Los fundadores de NAP iniciaron hace 11 años en Barcelona un proyecto que nación con un objetivo claro: internacionalizar la pizza napolitana, elaborda al estilo ruota di carro por auténticos pizzaiolos napolitanos.
Las dos últimas de aperturas de NAP se ubican en Madrid y Bilbao, a donde llega por primera vez. El nuevo local de Chamartín esta situado en el el número 38 de la calle Alberto Alcocer, mientras que el primer NAP en la capital vizcaína se ubica en pleno centro, en la calle Ramón Basterra 1, esquina Gran Vía, en una zona comercial y de gran afluencia. Ambos espacios cuentan con gran aforo y terraza acondicionada para invierno.
La cadena acaba de cumplir en junio los 11 años desde su primera apertura en Barcelona, y cuenta en la actualidad con el mismo número de restaurantes: tres en Barcelona, uno en Bilbao, uno en Donostia y seis en Madrid.
No serán los últimos: sus responsables han confirmado que habrá nuevas aperturas de locales a lo largo de este año.
La auténtica pizza napolitana
El concepto NAP nace como una idea de dos amigos, el napolitano Antonello Belardo y el español Fernando Pérez, decididos a traer a España el legado de la auténtica pizza napolitana.
Por ello, la filosofía de la cadena consiste en cuidar cada detalle en el proceso de elaboración de la pizza, lo que ha llevado a que sus pizzas Margherita y Marinara luzcan el marchamo de calidad de la Associazione Verace Pizza Napoletana, equivalente a la denominación de origen napolitana.
En NAP elaboran sus pizzas basándose en ocho fundamentos que conforman el ritual de la tradición napolitana: la masa madre de elaboración propia, las 24 horas de reposo de la masa para su levado y su trabajo manual; el fuego que arde sin pausa; 60 segundos de horneado; 35 centímetros de diámetro en las pizzas; el borde o cornicione aireado de 1 0 2 centímetros, y la recomendación de consumir de la pizza en cuanto sale del horno.
Horno de leña e ingredientes italianos
El epicentro de todos los locales NAP es el horno de leña, fabricado por el artesano napolitano Stefano Ferrara, una pieza de 2.500 kilogramos, personalizada e importada desde Quarto.
Todos los ingredientes de sus pizzas, que se ciñen a los criterios de máxima calidad, son de origen italiano: harinas procedentes de Italia, tomate San Marzano DOP, mozzarella Fior di Latte o salame Napoli son algunos de los componentes de las pizzas que conforman su carta.
Además de las pizzas Margherita y Marinara, otras elaboraciones muy demandadas de la casa son las pizzas Cosacca, Napoli, Al Filetto, Quattro Formaggi o Diávola, entre muchas otras.
«Defendemos la pizza como una elaboración sencilla, informal, popular y asequible, y al mismo tiempo exquisita y confortable», explican los responsables de la cadena. «Es el placer de las cosas sencillas, bien hechas. Hace diez años tuvimos una idea que surgió de la búsqueda de la autenticidad, del slow life mediterráneo, de poder traer a España un pedazo de Nápoles. Así somos y esta es nuestra historia».
El concepto de NAP no contempla el modelo de franquicia para crecer: sus once locales son propios, de los socios o de amigos que forman parte del concepto «familia napolitana».