Carlos Martínez Interiors firma el interiorismo de El Cargolet, restaurante tipo «frankfurt» situado en pleno centro de Barcelona, recreando una atmósfera confortable para el comensal y funcional para su operativa diaria.
El Cargolet abría sus puertas el pasado mes de junio en la barcelonesa calle Diputación, nº 77.
Se trata de un restaurante tipo frankfurt, de cocina mediterránea, obra del estudio Carlos Martinez Interiors, que ha creado un interiorismo modular, donde prevalecen materiales puros (madera, espejos, mármoles y vegetación). Un conjunto que crea una atmósfera liviana, donde el comensal se siente confortable en un entorno agradable.
«Nuestro objetivo era optimizar la fabricación de materiales para poder llegar al presupuesto marcado por la propiedad, consiguiendo al mismo tiempo que el local adquiriese una riqueza funcional y estética», explican los interioristas.
El local consta de una primera zona que es la barra de bar y copas, seguido de un salón comedor, acabando por la cocina cerrada.
La modulación reticular de espacios, que se ha empleado en este restaurante, permite optimizar el tiempo de construcción, «y debido a que son transportables, desarmables y reorganizables permiten impulsar múltiples funcionalidades y su reutilización al generar un nuevo uso diferente al que fueron fabricados; es decir, es un puzzle en el que todas sus piezas encajan a la perfección, como un guante a medida«, señalan desde Carlos Martinez Interiors.
En la misma fachada recibe al visitante una pequeña plancha para realizar bocadillos rápidos, es el reclamo para los clientes.
Al entrar al local, a la izquierda hay una barra de 5 metros de longitud revestida de listones de madera de roble barnizado, y a la derecha hay una pared modulada con espejos y cristales acanalados que se unen con el techo con la misma modulación pero cambiando de materiales, en este caso un aplacado de listones de madera de roble igual al de la barra del bar.
En un punto calculado sobre la barra, descuelga también con la misma modulación un alero repleto de botellas y elixires vestidos con plantas colgantes, recreando un espacio más natural.
Tras la barra, las paredes están vestidas de plafones alistonados y cristales acanalados, que son el telón de fondo de otras estanterias vestidas también de botelleria.
Ya en el comedor interior, el estudio ha seguido con el mismo concepto, pero de una forma más liviana y natural, realizamos modulaciones en ambas paredes y techos, pero con las traseras simplemente están pintadas de blanco, exceptuando una pared que se viste de grandes espejos plata para duplicar los espacios, que en este caso son estrechos y agobiantes.
La iluminación, que el estudio siempre cuida especialmente, baña simplemente las mesas y la botellería situada en los aleros y estanterías. Las lámparas son de Lzf Lamps, y las luminarias, de CA2L.
Los pavimentos son de Vives Cerámica, mientras que los revestimientos cerámicos son de Equipe Cerámicas. La carpintería es de Serret Mobles, a medida, y el mobiliario es de la firma Cubiñá.
Un ambiente acogedor e informal para disfrutar de la cocina mediterránea de El Cargolet, elaborada con productos frescos de proximidad: tapas, bocadillos, caracoles, llescas y una amplia variedad de arroces marineros.