¿Cómo va a ser la alimentación del futuro? La quinta edición del informe Fooduristic, elaborado por KM Zero Innovation HUB, revela las tendencias, reflexiones y buenas prácticas de los actores del sector alimentario en ámbitos como la sostenibilidad, la salud y el bienestar, la nueva generación de proteínas y la digitalización.
KM Zero Venturing, el primer programa español de innovación abierta e inversión estratégica para startups foodtech, celebraba recientemente su primer Open Innovation Day, en el que se presentaba el informe anual Fooduristic’23, que en su quinta edición se consolida como el radar de tendencias para la industria agroalimentaria.
El informe “Alimentando soluciones para un mundo complejo” aborda el impacto que la alimentación tiene en la salud de una población cada vez más globalizada, diversa y con mayor esperanza de vida, entre otros desafíos. Estas son sus principales conclusiones:
- La guerra en Ucrania, la inflación y la subida de tipos de interés de los bancos centrales han resultado un freno a la inversión en foodtech en 2022. Sin embargo, las inversiones en startups en fases iniciales han crecido durante este año, una muestra de que la innovación en alimentación sigue siendo una apuesta de futuro para los inversores. Pero esta recesión ha dejado patente algunos de los excesos de este sector. «Creemos que ahora que se termina la época de “dinero fácil”, los inversores en alimentación deberán centrarse en negocios con un claro umbral de rentabilidad y que enfrenten a los grandes retos del sistema alimentario», señala el informe Fooduristic’23.
- El sistema alimentario atraviesa un momento complejo donde no es suficiente mitigar los impactos o buscar la neutralidad de éstos y, por lo tanto, hay que poner el foco en estrategias que mejoren las condiciones del entorno realmente. El sector alimentario requiere de un trabajo conjunto y de más colaboración para generar comunidades más resilientes, justas y seguras. Es necesario evolucionar de un sistema de producción lineal (extraer, producir, usar, tirar), a un sistema de producción circular (reducir, recuperar, reutilizar, reparar y reciclar).
- El acceso a alimentos saludables debe democratizarse, a través de opciones asequibles, accesibles y convenientes para la población. Para ello, hay que incentivar la producción y consumo de alimentos biodiversos a lo largo de toda la cadena: en el campo, en la industria, en la distribución y en los hogares. Se hace necesario, por tanto, promover dietas más variadas a través de soluciones convenientes. El sabor seguirá guiando la demanda y muchos ingredientes naturales, como los hongos y algas, son perfectos para potenciar el sabor y mejorar la textura en productos de base vegetal.
- Las proteínas complementarias tiene un gran potencial de desarrollo y presenta numerosas oportunidades para hacer frente a los retos del sistema alimentario actual; por ello que ha crecido tan exponencialmente en los últimos años. El mercado de las proteínas vegetales en España ha crecido un 48% en los últimos dos años, llegando a un valor de 448 millones de euros. Pero el desarrollo debe estar siempre centrado en la salud, tanto de las personas como del medio ambiente, generando soluciones sostenibles y que generen un impacto positivo en el entorno. Y por supuesto estas soluciones deben ser sabrosas si queremos que tengan aceptación por parte de los consumidores. Es por ello que los productos híbridos, es decir, elaborados tanto con proteína vegetal como animal, se presentan como una buena alternativa.
- El nuevo consumidor consciente tiene preferencia por productos con etiquetas limpias, que le ofrezcan una experiencia, y tengan un impacto positivo en su bienestar y en la sociedad. Solicitan información precisa, no sólo de sus componentes sino también acerca de su origen. Por su parte, el consumidor “conveniente” requiere soluciones rápidas y fáciles de consumir, adecuadas a su estilo de vida acelerado. El concepto “take away” evoluciona a diario y estos cambios implican que fabricantes, distribuidores y hosteleros estén atentos y se adapten a las novedades para no perder negocio e incrementar las ventas.
- El desperdicio alimentario durante toda la cadena provoca daños a nivel económico, social y ambiental. Es necesario seguir abordando el problema de manera colaborativa en todas las etapas, tanto en la producción como en la reutilización y revalorización, dando prioridad a soluciones como pueden ser la recopilación de datos o la optimización de controles para evitar el desperdicio. Cada vez hay soluciones más creativas o que son más amigables con el medio ambiente, y no están llegando solamente a unos pocos, sino que se están generalizando e incluso expandiendo en grandes cadenas de retail.
“Una de las mayores paradojas de la sociedad actual es que el desperdicio de alimentos no ha parado de crecer, mientras que un tercio de la población global no puede permitirse una dieta saludable”, explicaba durante la presentación del informe Beatriz Jacoste, directora de KM Zero Food Innovation Hub.
“Se calcula que el desperdicio producido a lo largo de toda la cadena de distribución será de 60 millones de toneladas de productos alimentarios cada año en Europa, es decir, entre 35 y 38 kilogramos por persona y año. Aportar soluciones e impulsar una nueva cultura de la alimentación más sostenible es uno de los mayores retos de la industria alimentaria en el futuro próximo”, destaca Jacoste.
El informe Fooduristic’23 puede descargarse de forma gratuita en este enlace.