Rafa Panatieri y Jorge Sastre, dueños de las pizzerías Sartoria Panatieri, abrían hace unos meses en Barcelona Brabo, un asador moderno enfocado en el producto y la brasa.
Brabo está situado en el número 28 de Carrer de Sèneca, en pleno centro de Barcelona, a escasos metros de Diagonal y Paseo de Gràcia. El nuevo proyecto de Rafa Panatieri y Jorge Sastre llega tres años después de la inauguración de sus reconocidas pizzerías Sartoria Panatieri.
Los chefs, que se conocieron en las cocinas del Hotel Omm dirigido por los hermanos Roca y han pasado por fogones de prestigio como Echaurren o Celler de Can Roca, han escogido de nuevo la ciudad de Barcelona para su nueva propuesta gastronómica.
Brabo cuenta con un local a pie de calle de 130 metros cuadrados que cuenta con cocina, parrilla, bodega vista y capacidad para 40 comensales.
La reforma del espacio ha sido dirigida por Antonio Spalleta Arquitecto, que se ha respetado algunos elementos del antiguo local, como las columnas, escaleras y las paredes de ladrillo visto.
Se ha elegido una paleta de colores en gris carbón, verde y negro, que contrastan con la luz que entra por los ventanales de la fachada. En la sala se puede presenciar el ritmo del fuego desde todas las mesas
En el piso superior del local se encuentra una sala privada que funciona como reservado y estará disponible para quienes quieran vivir su experiencia gastronómica en ese espacio, con capacidad para 16 personas.
La brasa, la gran protagonista
En Brabo la brasa es la auténtica protagonista, con una apuesta por los sabores tradicionales como resultado del origen y trayectoria de los chefs.
La base es la de la cocina toda la vida, con técnicas tradicionales. La parrilla, donde usan leña (encina, haya, olivo) y carbón, es el escenario principal del restaurante y de donde salen todos los platos: carnes, pescados y verduras.
Tanto el producto como los acompañamiento y las guarniciones se tratan de manera sencilla, manteniendo su sabor y textura.
Aunque la gran protagonista de Brabo son las brasas (el 70% de referencias de la carta se elaboran con esta técnica), en la carta de Brabo destacan diferentes técnicas: hay presencia de curados, como el lomo de vaca vieja frisona; se aplica la brasa en productos como la calabaza y los platos se completan con fermentados, encurtidos y fondos muy trabajados.
La máxima del restaurante es la temporalidad, apostando por pescado del día y carne de alta calidad de proveedores de confianza. Así, se propone una experiencia sencilla con una selección de principales: diferentes opciones de carne y de pescados para compartir, acompañados de diferentes tipos de guarniciones, y platos de verduras a la brasa.
Carta líquida en producción muy limitada
En cuanto a su oferta líquida, los chefs apuestan por una carta enfocada en pequeños productores y una producción muy limitada. Al frente está el sumiller y responsable de sala, Mihai Toma, con una larga trayectoria en alta gastronomía.
Toma propone una carta de vinos corta que pone en valor el entorno, a través del trabajo de la viña y del cultivo de la uva. La carta irá adaptándose a las temporadas al igual que hacen los ingredientes que se usan en el restaurante.
El ticket medio de Brabo oscila entre los 50 y los 60 euros para los 4 platos principales, que se recomiendan compartir entre 2 personas.