El reconocido chef gallego acaba de inaugurar junto a su restaurante un hotel sostenible muy especial, compuesto por 14 habitaciones diseñadas como cubos de luz en plena naturaleza, con vistas a la Ría de Pontevedra.
Xosé Torres Cannas, más conocido como Pepe Vieira, que obtuvo la segunda estrella Michelin a finales de 2022, ha inaugurado un proyecto muy personal: un hotel paisaje inmerso en la naturaleza, compuesto por 14 habitaciones anexas a su restaurante del mismo nombre en Camiño da Serpe, en Poio (Pontevedra).
El resultado es un concepto único de restaurante & hotel ubicado en una finca de 12.500 m2 que combina una experiencia gastronómica de calidad con un alojamiento que supone una conexión completa con el paisaje y las raíces gallegas.
El nuevo Hotel Pepe Vieira, Relais & Châteaux se compone de 14 habitaciones independientes diseñadas como cubos de luz, con vistas a la Ría de Pontevedra y con un planteamiento completamente sostenible, que permite disfrutar del paisaje tanto desde el interior como desde el exterior de las habitaciones.
Cada una de las habitaciones ha sido proyectada para priorizar la relación con el entorno natural y para invitar al huésped al relax con las vistas del bosque y de la ría, a través de grandes ventanales hacia el exterior y de un patio acristalado en el interior.
El hotel dispone además de una piscina aislada del resto del espacio y rodeada de naturaleza autóctona, así como de las instalaciones del restaurante inaugurado en 2001.
El diseño de este espacio central subraya el paisaje gallego y ofrece al huésped un área con chimenea, un salón gastronómico y una bodega con más de 700 referencias, entre las que destacan los vinos gallegos.
Un concepto único de galpón-habitación
Este complejo hotelero, diseñado por el estudio de arquitectura santiagués 2es+, se ha construido utilizando «cubos» o galpones prefabricados de color blanco, situados entre la naturaleza y repartidos en diferentes bancales de la finca.
Cada galpón-habitación doble se ha equipado con la solución ON-Galpón, que proporciona lo justo y necesario para satisfacer las necesidades de un espacio de dormitorio, estar y, ocasionalmente, comedor o zona de trabajo, optimizando al máximo el espacio ocupado.
Cada pieza de mobiliario, contenida y sobria, está pensada para resolver varias funciones, lo que proporciona al espacio una mayor flexibilidad. El conjunto se compone por una pieza de asiento que funciona también como mesilla auxiliar de cama, una mesa multifuncional y una pieza portátil de iluminación.
También se ha incluido un elemento exterior que no sólo proporciona una superficie de asiento, sino que también facilita los intercambios entre los huéspedes y el servicio de restaurante o de limpieza.
El interior, negro, hace protagonista a la naturaleza que le rodea; el mobiliario y la iluminación se han diseñados con el mismo objetivo.
Así, cama, armario, escritorio, mueble bar, etc., se han construido a base de finas láminas de hierro dulce, y parecen desvanecerse del espacio.
Lencería con tejido de punto y sostenible
La lencería para el descanso ha sido fabricada en talleres de Barcelona y con proveedores certificados por Oeko-Tex, Standard 100 y Ambi-Stenco Gestión Medioambiental.
Se ha utilizado tejido de punto para fabricar ropa de cama que resulte sostenible y duradera, a la vez que totalmente sostenible, y que brinde al mismo una experiencia de descanso cálida, agradable y cómoda.
«Dormir en una de nuestras habitaciones se convierte en una experiencia similar a la de dormir envuelto en la camiseta favorita de algodón», explican los responsables del hotel.
Amenities de productos naturales y orgánicos
El complejo también ofrece amenities de alta calidad compuestos por productos naturales, orgánicos y respetuosos con el medio ambiente, que no contienen gránulos microplásticos y que se adaptan a la filosofía del hotel de respetar el medio ambiente sin renunciar a la calidad.
Privacidad con vistas
Los “galpones” que componen el hotel, estratégicamente situados entre la naturaleza, se reparten a lo largo de la finca y sus diferentes bancales a través de una nueva red de senderos que comunican las estancias con el resto de las edificaciones del complejo. S
Se trata de 14 pequeños volúmenes prefabricados de color blanco, únicamente abiertos por uno de sus lados, hacia las vistas, ligeramente girados unos con respecto a los otros, creando pequeños lugares intermedios, manteniendo su total independencia y privacidad.
Cada galpón tiene un pequeño patio acristalado que ayuda a distribuir los diferentes espacios sin perder la relación y conexión total con el entorno. La entrada es un cajón metálico de color negro que aloja las instalaciones de la habitación.
Además, las cubiertas son ajardinadas extensivas ecológicas, en continuidad visual con la naturaleza de su entorno.
La construcción prefabricada se ha utilizado por ser la opción más respetuosa con el medio ambiente, minimizando los residuos generados y los movimientos de tierra.
Todo ello ha sido acompañado de un meticuloso proyecto paisajístico inspirado en la naturaleza del entorno, que se aleja de la tradicional imagen de «jardín cuidado». Se han empleado cortezas de pino, helechos, árboles autóctonos, plantas trepadoras, huertos y viñas.
En términos generales «se ha seguido siempre el mismo criterio: teñir de color negro paramentos verticales y suelos; descubrir la estructura de hormigón original, cubrir algunos paramentos de chapas de hierro dulce, cuidar la iluminación y potenciar la presencia de alguna pieza con un revestimiento de piedra de gran formato», explican los arquitectos.
Con la apertura del hotel, el restaurante Pepe Vieira inicia nueva temporada, tras obtener el pasado noviembre su segunda estrella Michelin. Para el chef gallego, la inauguración de este hotel paisaje junto a su restaurante cierra el círculo de sostenibilidad en el que pensó en 2008, cuando inició su proyecto.