El restaurante burgalés La Fábrica ha estrenado ubicación. Su nuevo local, con un cuidado interiorismo y triplicando aforo, es el escenario perfecto para la cocina de autor, elaborada con selecto producto, de Ricardo Temiño.
La Fábrica, una de las direcciones gastro obligadas en Burgos, ha reubicado sus instalaciones en el kilómetro 256 del Camino de Santiago en la ciudad.
Tras ocho años en su primera ubicación, este traslado de tan solo 900 metros se ha traducido en cambios significativos en el establecimiento, que ahora cuenta con triple capacidad, más personal, salones diferenciados para diversificar la oferta y ofrecer experiencias exclusivas, así como un cuidado interiorismo que impacta desde la entrada.
El arquitecto Luis García Camarero y el estudio de diseño Espacio 706, liderado por la interiorista Aurora de la Fuente Manjón, son los responsables del nuevo local de La Fábrica.
Dos visiones distintas que ha dado lugar a un espacio que combina tradición y contemporaneidad. La sobriedad y el minimalismo de los materiales seleccionados se entrelazan con toques de originalidad y frescura que reflejan la personalidad de los propietarios, Ricardo Temiño y Cristina Lázaro.
El local, construido con piedra caliza proveniente de la misma cantera que la catedral de la ciudad, conserva su estructura original de madera del siglo XIX.
La madera de nogal, cálida, domina la planta principal hasta una altura de 2,17 metros, donde el característico azul cielo del Camino de Santiago se hace presente, estableciendo una conexión con el exterior.
Este tono azul se despliega en los techos, creando una atmósfera marina que evoca la funcionalidad industrial de una fábrica. En contraste, los baños destacan con un vibrante azul ácido y ecléctico.
En los salones, los colores neutros y empolvados de los linos se combinan con pieles naturales en los tapizados. La madera se entrelaza con chapa de metal negra, piedra caliza, cristal y una cuidada iluminación íntima en los 560 metros cuadrados del restaurante.
El mobiliario, diseñado a medida, complementa el conjunto arquitectónico, al igual que la señalética y el diseño gráfico, que se integran de manera impecable en el concepto y son obra de Jorge Martínez de Voltineta.
Además, las esculturas de hipopótamos de Ornamante interactúan con los comensales de forma lúdica y se convierten en los protagonistas del espacio.
En general, la simplicidad y la vanguardia se expresan a través de elementos depurados, cuidadosamente elegidos, que no eclipsan el verdadero protagonista: la cocina.
La propuesta gastronómica de La Fábrica
Al igual que el espacio, la propuesta gastronómica de Ricardo Temiño ha evolucionado sin perder la esencia de las recetas que han conquistado a los fieles del restaurante en su ubicación anterior.
Selecto producto de la tierra, arroces, carnes y pescados… La Fábrica ofrece una experiencia en la que destaca el respeto por el producto, del entorno y de lejos, en una combinación armónica y enrquecedora. Una cocina que propone descubrir nuevas interpretaciones, texturas y experiencias dentro de la gastronomía burgalesa.
La bodega destaca por su selección de nuevas referencias que se actualizan periódicamente, así como por incluir opciones más exclusivas.
Al frente, un equipo consolidado y muy profesional, que hace de La Fábrica un lugar que se puede disfrutar en diversas ocasiones y situaciones, ya sea para celebrar eventos importantes o para disfrutar de sus cartas o un excelente menú ejecutivo de temporada, que se sirve de martes a viernes.
La Fábrica cuenta con un sol Repsol desde 2021 y acaba de recibir su placa como restaurante recomendado en la Guía Michelin.