Es un pequeño restaurante capaz de acoger a sólo 20 comensales, pero NM, el «secreto» de Nacho Manzano en Oviedo, engancha de inmediato con su sugerente atmósfera futurista en tonos neutros, formas orgánicas y mullidos asientos, obra de Hazard Studio.
NM es el nuevo restaurante de Nacho Manzano en Oviedo. Se encuentra en la antigua estación de El Vasco, edificio emblemático en pleno centro de la ciudad.
El restaurante se ubica al lado de Nastura, otro reciente proyecto de Manzano pero con un concepto diametralmente opuesto: Nastura es un restaurante para todos los públicos, con casi 2.000m2 de superficie, mientras que NM es un espacio casi clandestino, de 58 m2 y capaz de acoger a un máximo de 20 comensales.
Ambos establecimientos tienen, sin embargo, algo en común: el interiorismo ha corrido a cargo del estudio español con sede en París Hazard Studio, liderado por el diseñador Alfredo Rodríguez.
En el caso de NM, se trataba de crear un entorno neutro y orgánico para dar protagonismo absoluto a la experiencia gastronómica
“El objetivo era crear un espacio privado, lejos del barullo, donde la gente hiciera una introspección al margen de ruidos externos y donde se amplificara el protagonismo de la cocina”, explica Alfredo Rodríguez.
El espacio sin ventanas, pero no agobiante, se distribuye en un cuadrado, con dos bancos a pared en los dos ángulos opuestos a la cocina, como si fueran dos espectadores atentos. En total hay cuatro mesas que se pueden juntar, girar y combinar según el grupo. Además, una barra para un máximo de cinco comensales frente a la cocina abierta ocupa un cuarto de la superficie total del restaurante.
Todo el proyecto de interiorismo se ha trabajado esencialmente en tonos neutros, con volúmenes y texturas que le dan calidez y personalidad. El ‘no color’ se traslada prácticamente a todas las superficies, incñuyendo la moqueta jaspeada.
También llega al mobiliario, todo diseño de Hazard Studio: mesas y barra de Corian blanco; sillas y taburetes con relleno y tapizados en una textura rizada blanca de Pierre Frey; un mueble central que funciona de espacio de servicio, y los bancos en la pared que recuerdan a los asientos traseros de un mustang.
Una burbuja acogedora
Paredes y techos lucen unos volúmenes en forma de pétalos o escamas que evocan formas orgánicas y vivas y que cumplen también dos funciones: los que están tapizados actúan de aislantes acústicos y los que son espejos actúan de dinamizadores, permitiendo ver lo que ocurre en otras partes del espacio.
“Estos pétalos te trasladan a un entorno apacible, de descanso, una burbuja dulce y acogedora”, explica Alfredo Rodríguez.
El control del ruido (tanto sonoro como visual) ha sido desde el principio una obsesión compartida entre el propio Nacho Manzano y Alfredo Rodríguez: de ahí que paredes y suelos estén bien insonorizados, el suelo sea de moqueta, el mobiliario tapizado… “Un entorno poético”, describe el propio diseñador. Hasta la comunicación entre el personal de sala y cocina es por señas.
La iluminación, muy cuidada, ayuda a trasladar al comensal a la experiencia del plato. NM cuenta con cuatro menús anuales que se acompañan conceptualmente y sutilmente a través de una iluminación led puntual detrás de los “pétalos” en paredes y techo, a modo de halo difuso. De este modo, cuando se ofrece el menú centrado en la carne de cacería, el entorno se difumina suavemente de rojo; cuando es el turno al menú con verduras, la iluminación vira hacia un suave color verde.
En definitiva, NM es un espacio de alta cocina para la creatividad con la mirada personal del chef Nacho Manzano, que ofrece un único menú degustación en dos versiones (corto y largo) que cambiará cuatro veces al año, con la temporada.