En el sector de la restauración hay una gran demanda de servicios de transporte de mercancías, pero las nuevas regulaciones plantean desafíos para las empresas: se requiere flexibilidad y colaboración para garantizar el suministro a bares y restaurantes, como quedó patente en el 4º Congreso Aecoc de Smart Distribution.
La restauración desempeña un papel destacado en los entornos urbanos, y uno de los mayores demandantes de servicios de transporte de mercancías.
En concreto, el reparto de productos para bares y restaurantes representa la mitad de la distribución urbana de mercancías y el 20% del tráfico total en las ciudades españolas, según los datos presentados en el 4º Congreso Aecoc de Smart Distribution, celebrado recientemente en Madrid,
Las recientes modificaciones normativas que afectan a las ciudades, como la Ley de Movilidad Sostenible y la implementación de las Zonas de Bajas Emisiones, plantean un desafío para las empresas de transporte y los proveedores de la restauración. Estos actores demandan flexibilidad y colaboración por parte de las administraciones públicas para garantizar el suministro a bares y restaurantes.
Ismael Muñoz, responsable de distribución urbana de Makro, subrayó la importancia de cumplir con las expectativas de los hosteleros, quienes esperan recibir los productos en sus establecimientos en un tiempo determinado «y no comprenden las restricciones y los límites horarios en las operaciones de carga y descarga». Además, hizo hincapié en la complejidad del suministro a bares y restaurantes, especialmente en lo referente al transporte de alimentos que requieren control de temperatura.
En la misma línea se expresó Carlos La Orden, presidente de Anigma, al solicitar limitaciones horarias coherentes. «Si tardamos 25 minutos para descargar a un solo restaurante y tenemos a diferentes clientes en la misma zona, no podemos tener límites de carga y descarga de 30 minutos. Somos los primeros que queremos estar el mínimo tiempo en estos espacios», señaló.
Javier Ribera, director general de Bakery Group, coincidió con los planteamientos anteriores al recordar que las empresas de distribución se desplazan al centro de las ciudades para atender la demanda de la hostelería, y no por mera preferencia. Ribera destacó que los principales gastos de bares y restaurantes son el alquiler y el personal, por lo que el sector busca reducir costos en áreas como la contratación de almacenes o empleados dedicados a la gestión de las mercancías. “Eso se traduce en pedidos más cortos y frecuentes, para no tener que almacenar, y también en menos personas destinadas a recibir los pedidos”, puntualizó.
Por su parte, Isaac Rojas, director de distribución de Frit Ravich, hizo hincapié en la adaptación que las nuevas normativas exigen a las pequeñas y medianas empresas. “Las pymes tienen una capacidad de inversión más limitada, por lo que necesitarán la ayuda de las administraciones para afrontar las transformaciones previstas por la ley a la velocidad requerida”. Rojas subrayó “el total compromiso de las empresas con la hostelería, que ya lo pasó mal durante la pandemia y que no deben volver a sufrir por los cambios normativos”.
Comercio electrónico y su impacto en los núcleos urbanos
Además, el 4º Congreso Aecoc de Smart Distribution también abordó el impacto de las nuevas regulaciones en el desarrollo del comercio electrónico.
Nadie Uceda, directora del proyecto de proximidad de Ontime, señaló que si bien los ciudadanos demandan entornos más saludables con menos contaminación, también están impulsando el crecimiento del comercio electrónico. Para equilibrar estos aspectos, Uceda considera que las empresas “deben buscar soluciones para reducir el impacto de nuestra actividad manteniendo la competitividad en precio y rentabilidad”.
Eva Pérez, directora de public policy de Amazon, destacó que “España aún está cuatro puntos por debajo de la penetración mundial del e-commerce, por lo que hay un gran recorrido, que debe ser complementario a la evolución de las tiendas físicas”.
Por su arte Diego Aparicio, director de estrategia de Ikea en España, resaltó la importancia que está adquiriendo la última etapa de entrega en la cadena de suministro, tanto desde una perspectiva social como de regulación. En concreto se está experimentando una transformación completa en términos de sostenibilidad y digitalización de los procesos. Actualmente, el 22% de las ventas de Ikea en España se realizan en línea, y se espera un crecimiento sostenible en esta cifra.
Daniel Dieste, director de operaciones de Ahorramas, puso de relieve la transformación de muchas tiendas en “en hubs logísticos, que operan desde el centro de las ciudades y que nos permiten ser muy eficientes”.