La creciente demanda de alojamiento para estudiantes universitarios impulsa la construcción de residencias, cuya oferta se disparará un 17% en España en los próximos tres años. Un nicho interesante para cadenas de restauración como Do Eat!, que ya da servicio a más de 4.000 estudiantes.
Según estudio de la consultora Savills, la oferta de residencias de estudiantes se disparará un 17% en España en los próximos tres años, con 19.600 nuevas plazas previstas hasta 2025.
Algo de lo que es muy consciente Do Eat!, cadena de restauración pionera en la introducción del concepto fast & good en entornos corporativos, y que cuenta ya con acuerdos con casi una decena de residencias universitarias (de Xior, Livensa Living, Resa, Bravo Stdents y Student Experience) en Madrid, Sevilla, Málaga y Granada, dando servicio a más de 4.000 estudiantes.
La última residencia en sumarse a su red es Nido Aravaca, una de las residencias de estudiantes más modernas de Madrid, que abrirá sus puertas en el último trimestre de este año.
Con menús creados por nutricionistas y chefs, la propuesta gastronómica de Do Eat! se centra en la variedad y calidad del producto y se elabora en las cocinas de los propios centros, adaptándose a las diversas necesidades de los residentes (veganos, vegetarianos, celíacos o gluten free).
«Gracias a estas colaboraciones con las residencias de estudiantes, podemos seguir expandiendo la filosofía del fast & good entre los jóvenes, ofreciéndoles una oferta culinaria saludable y diversa sin moverse del centro estudiantil», señalan los socios fundadores de Do Eat!, Diego Pérez y Jaime Arteaga.
Alta demanda de alojamiento
Lo cierto es que el mercado de las residencias de estudiantes seguirá creciendo en España por la alta demanda de alojamiento.
Las residencias de estudiantes ganan terreno como alternativa a los pisos compartidos entre los universitarios nacionales e internacionales en España. La subida del precio de los alquileres en las grandes ciudades provoca que las familias opten por centros residenciales con más servicios incluidos, lo que permite controlar más los gastos, y la seguridad de los alumnos está garantizada.
Pero hoy no hay suficientes plazas en residencias para satisfacer la demanda existente, según se refleja en el informe Residencias de Estudiantes en España de Deloitte, que situaba en 501.000 el número de camas en residencias solicitadas en España para el curso 22/23.
“Las estimaciones calculan que para el año 2026 se abrirán 10.200 plazas más, muchas de ellas en Madrid, que es la ciudad de España con mayor oferta del país con el 22% de las camas», explica Juliana Petrikova, Head of Operations Iberia de Nido Livin, que es el mayor gestor de residencias para estudiantes de Europa. «Desde Nido queremos liderar este crecimiento con los nuevos centros residenciales que estamos desarrollando tanto en la capital como en otras localizaciones estratégicas como Valencia«.
Según una encuesta realizada por Nido a residentes y familiares en 2022, los factores más determinantes para quienes eligen vivir en una residencia son los servicios de limpieza semanal (58,5%), la garantía de seguridad las 24 horas (52%), el apoyo al estudio (46,5%), la lavandería (42%) y el catering (36%). Además, para elegir el centro, el 84% de los encuestados tienen en cuenta la proximidad con la Universidad y el 68,5% valora los precios.
“La subida general de los alquileres y del coste de vida en las grandes ciudades españolas supone un reto para los alumnos, incluso si comparten piso, y obliga a más del 60% de los estudiantes a que trabajar durante su curso universitario”, señala Juliana Petrikova.
“Por su parte, residencias como las de Nido ofrecen la pensión completa dentro del precio, incluyendo múltiples servicios como el catering, la limpieza o la lavandería, permitiendo así un mayor control de los gastos, y disponen de zonas de ocio, terrazas exteriores, salas de gaming y de estudio e incluso gimnasio». También organizan actividades y ayudan a los jóvenes a integrarse en la comunidad.
Lo cierto es que las nuevas residencias de estudiantes, dotadas de todas las comodidades, se alejan de la imagen de ‘colegio’ y se asemejan cada vez más a un hotel, además de tener una clara conciencia medioambiental.
Unas instalaciones que a veces incluyen una zona de hotel para recibir a familiares y viajeros, pero que otras llevan a la «tentación» de ofrecer, sin licencia, alojamiento a turistas cuando se vacían cada verano. La legislación es clara: si una residencia de estudiantes aloja a miembros fuera de la comunidad universitaria, la Administración entiende que actúa también como albergue, por lo que exigirá la licencia correspondiente.