Portella es un nuevo hotel boutique de alta gama en el casco antiguo de Palma de Mallorca. Dirigido por Enrique Miró-Sans, ofrece en sus 14 habitaciones una experiencia única y altamente personalizada, buscando la excelencia en el servicio que demanda la «nueva hospitalidad».
Portella abría sus sus puertas en febrero como nuevo exponente de la hospitalidad de alta gama. Este coqueto hotel boutique de cinco estrellas, cuyo interiorismo ha sido diseñado por el estudio Festen de París (es, de hecho, su primer proyecto en España), ofrece 14 habitaciones que combinan elegancia contemporánea y máximos estándares de calidad con el encanto histórico del casco antiguo de la isla.
La historia del edificio se remonta al siglo XVII; anteriormente albergaba un museo dedicado al pintor Joaquín Torrents Lladó, cuyo legado artístico queda visible en el diseño actual del hotel.
La familia Miró-Sans adquirió este histórico palacio hace 7 años y lo ha restaurado con esmero, en un cuidadoso proyecto de rehabilitación a medida, dirigido por el estudio de arquitectura Gras Reynés Arquitectos, encargado del proyecto y de su rehabilitación. El hoy hotel Portella está bajo la dirección y gestión de Enrique Miro-Sans, cuya hermana Inés ha triunfado en el barcelonés Casa Bonay.
Lujo y autenticidad
Ubicado en el corazón del casco antiguo de Palma, Portella toma su nombre de la puerta renacentista de La Portella, del siglo X.
Entre sus 14 habitaciones hay amplias suites de hasta 80m2, equipadas con cocinas personalizadas y bañeras independientes. Se visten con ropa de cama de algodón de primera calidad y mullidas toallas de felpa de 600 g, junto con amenities de marcas reconocidas y sostenibles como Diptyque Paris. No faltan los refrescos de cortesía.
Todo el cuidado diseño de interiores se nutre del entorno, desde los cercanos baños árabes hasta los vínculos históricos con Italia, logrando una atmósfera relajante, elehante y acogedora.
El estudio Festen ha optado por la colaboración con artesanos locales para dar a un espacio donde la autenticidad se entrelaza con el lujo. Su intervención ha querido también optimizar el espacio, la luminosidad y la funcionalidad de las instalaciones, resaltando características originales y los materiales autóctonos, como las rejillas de ventilación de cerámica o la carpintería de las ventanas.
Los suelos, hechos de terracota local, presentan dibujos inspirados en los de los baños arabes. Las paredes lucen tonos suaves, mientras que los muebles, confeccionados a medida en hierro y roble, conviven con piezas antiguas cuidadosamente elegidas. La cristalería Gordiola firma las lámparas diseñadas especialmente para el hotel.
Hacia una “nueva hospitalidad”.
Portella ofrece a sus huéspedes una experiencia que se inicia desde que se les recoge en el aeropuerto. Ha eliminado los procesos convencionales de check-in, y se anticipa siempre a las necesidades de sus huéspedes con reservas externas, diferentes actividades y una cuidada oferta gastronómica con un menú basado en productos frescos del mercado
El menú puede personalizarse con prácticamente cualquier artículo o plato que se solicite. El desayuno puede disfrutarse hasta las 13:00 horas, con un completo servicio de cocina a la carta.
Siguiendo la atmósfera de una típica casa mallorquina, la cocina se convierte en el punto central, con la espaciosa cocina abierta Lacanche, situada en el corazón del área de comedor.
No falta un un gimnasio de última generación Technogym, además de un hammam y servicio de masajes en la habitación.
Con un enfoque en la personalización y el servicio discreto, Portella ofrece un oasis de relajación que va más allá de las expectativas tradicionales…