Así lo revela una encuesta realizada por Soy Camarero y Superpopi, que señala que el 75% de los camareros no se siente cómodo a la hora de pedir reseñas a los clientes, y es más: el 49% de los camareros españoles se plantearía cambiar de trabajo si se les obligase a ello.

Los hosteleros son muy conscientes de que las reseñas o valoraciones de los clientes son determinantes para que los consumidores vayan a comer a uno u otro restaurante, de ahí quelas soliciten cada vez más. A veces in situ, a través de códigos QR, o después de la comida, a través de un email… pero muchas veces son los propios camareros quienes piden la reseña.

Pero ¿les gusta hacerlo? Lo desvela una reciente encuesta realizada recientemente entre casi 4.000 camareros de toda España por Soy Camarero, el influencer Jesús Soriano, y Superpopi, plataforma que mejora la reputación on-line de la hostelería.

Profesionalhoreca, encuesta sobre reseñas realizada a camareros por Superpopi y Soy Camarero

Según la misma, el 75% de los encuestados no se siente cómodo a la hora de pedir reseñas a los clientes e incluso el 49% se plantearía cambiar de trabajo si se les obligase a pedirlas,

Esta práctica podría estar afectando directamente a una de las mayores problemáticas que tiene el sector de la restauración, que es la rotación de personal, que según datos de mercado de 2022 publicados por Randstad, en el sector de la restauración alcanza el 63,7%.

«Evitar generar incomodidad en los equipos es siempre importante, pero es crítico en un sector con tanta rotación», señala dice Fernando Porta, CEO de Superpopi. «Tampoco creemos que sea acertado dar compensaciones económicas al trabajador que consigue la reseña, ya que en el fondo la incomodidad existe, y es más importante no generarla a compensarla«, señala.

«Entiendo que un alto porcentaje de los encuestados se sientan incómodos a la hora de pedir reseñas», señala por su parte Jesús Soriano, propietario de la cuenta Soy Camarero. «Que hacer que una reseña dependa únicamente del camarero o camarera puede llegar a crear presión hacia el/la trabajador/a. Y sin olvidar que, además del servicio, los clientes valoran otros aspectos como la comida o el propio local».