El estudio Coblonal ha diseñado el nuevo restaurante Jiribilla, en el barrio de Sant Antoni de Barcelona; un local del chef barcelonés Gerard Bellver asociado con el mexicano Alejandro Álvarez, donde la chispa picante de la cocina mexicana se suma a la calidez de la cocina tradicional catalana.
El restaurante Jiribilla, fruto de la colaboración entre el chef barcelonés Gerard Bellver y el mexicano Alejandro Álvarez, ha sido concebido como un oasis de la gastronomía mexicana en la capital catalana.
Con una superficie de 297m2, el restaurante tiene capacidad para 81 comensales, y cuenta con una cocina de 100m2. El estudio Coblonal ha logrado encapsular la esencia de México en este espacio, transportando la atmósfera del país azteca hasta Barcelona.
El diseño interior de Jiribilla (Comte Borrell, 85) se distingue por 3l uso de materiales naturales; se ha respetado el pavimento original de hormigón y se ha combinado con una paleta cromática de tonos áridos y terrosos. Los techos, pintados en un cálido gris, camuflan las instalaciones a la vista.
También se ha jugado con las texturas y las aguas, que potencian la irregularidad y las imperfecciones del espacio y contribuyen a darle un toque de autenticidad.
El conjunto se completa a base de mobiliario de madera y fibras naturales, detalles en microcemento color terracota, tocho y un vidrio catedral que abraza todo el espacio.
Jiribilla ha sido diseñado para ofrecer una agradable experiencia gastronómica, fusionando tres escenarios en armonía: la zona de barra, la cocina y el comedor. El local puede acoger 25 comensales en la barra y 45 en la sala principal.
Un mueble realizado con maderas y cubertería recicladas
A mano derecha, conforme se entra en el restaurante, destaca una pieza única realizada a medida con materiales reciclados. Se trata de un mueble de grandes dimensiones para almacenamiento que Coblonal ha diseñado a base de maderas recicladas de un antiguo mueble de farmacia, combinadas con otras provenientes de encofrados de construcción.
Los tiradores se han realizado con cubertería antigua, tenedores y cuchillos comprados en el Mercat dels Encants de Barcelona. En la parte central luce un espejo de nitrato de plata, cuyas manchas negras y aguas oxidadas acentúan su solera.
Una barra en forma de U con una lámpara de vidrio realizada a medida
La barra, en forma de U, se adentra hasta la cocina, y está hecha a base de ladrillo manual y con un sobre de mármol negro de Calatorao.
Las sillas altas son de madera y fibras naturales. Desde Coblonal explican que iluminar sutilmente el ladrillo para potenciar su textura rugosa fue todo un reto. Para resolverlo, se planteó una solución lumínica basada en unas lámparas de diseño propio, realizadas a base de tubos de cobre.
Desde el techo, una larga lámpara fija resigue todo el perímetro de la barra. Se trata de una estructura metálica, revestida con 50 frontales confeccionados con vidrio catedral intercalados con estanterías, que cumple una doble función: iluminar y almacenar. Este vidrio retroiluminado baña el espacio en tonos verdes y azules, un guiño al mar y la brisa del Pacífico, protagonistas en la carta del restaurante.
Comedor para showcooking
Las mesas de la zona de comedor están orientadas al showcooking, ubicado dentro de una isla abierta. El mobiliario, en madera y fibras naturales, se combina con un banco perimetral, cuyos asientos abatibles actúan como espacio de almacenamiento.
Los cojines de tonos naturales y las jardineras diseñadas a medida con plantas típicas mexicanas contribuyen a generar el ambiente cálido y acogedor deseado.
Una cocina en dos zonas
La cocina cuenta con una parte abierta al comedor, para que el comensal pueda observar la preparación de platos en vivo. En la isla central destacan los frontales en tonalidades naranja, enmarcados con detalles en acero inoxidable, que resiguen la tónica cromática de todo el restaurante.
En el interior, la cocina, de acero inoxidable, es funcional, con sus correspondientes espacios de cocción, corte, pastelería y almacenamiento.
Finalmente, para los baños se han seleccionado colores cálidos y oscuros, con tonalidades tierra, pardo, visón, para potenciar el ambiente acogedor del local.. En la señalética destacan siluetas y figuras mexicanas pintadas a mano que muestran la no distinción de género en los baños.
El nuevo proyecto de Gerard Bellver
Jiribilla es el nuevo proyecto de Gerard Bellver, tras sus experiencias en México y su paso en grandes cocinas como Arzak y El Bulli. En la carta apuesta por productos locales, en elaboraciones que abrazan la diversidad mexicana y mediterránea. Como colofón, una cuidada oferta de cócteles, tequilas y mezcales.
