El emblemático hotel Princess Barcelona estrena nueva imagen tras una ambiciosa reforma liderada por el estudio Isern & Associats. El proyecto ha logrado modernizar sus instalaciones manteniendo la esencia del diseño original de Oscar Tusquets, creando un diálogo entre el interior y el exterior, y apostando por una paleta cromática en azul y terracota.

El hotel Princess Barcelona, ubicado en un edificio emblemático obra del arquitecto catalán Oscar Tusquet, ha sido objeto de una reforma completa de la mano del estudio Isern & Associats, experto en proyectos de arquitectura hotelera.

«Renovar una obra maestra como esta es un desafío apasionante», afirma Daniel Isern, arquitecto y fundador de Isern & Associats «Hemos trabajado con gran respeto por la visión original de Tusquets, a la vez que hemos adaptado el hotel a las necesidades actuales».

Fotografias: Jorge de Jorge.

La propuesta de renovación de todos los espacios hoteleros, concebida por Isern & Associats, establece un diálogo fluido entre el interior y el exterior del edificio: “queríamos trasladar al interior lo que se ve desde fuera», explican desde el estudio. Una apuesta por el equilibrio y la coherencia estética, que dota al hotel barcelonés de una atmósfera envolvente de calidez y confort.

El edificio, ubicado en el número 1 de la Avenida Diagonal, se alza en un solar triangular y cuenta con 28 plantas y 356 habitaciones. Tusquets jugó con la geometría del lugar para crear dos prismas de diferentes alturas conectados por un puente de cristal, donde los materiales y los colores (azul, naranja y hormigón) enfatizan su rotundidad.

Nuevos espacios para nuevas necesidades

La renovación de este hotel urbano de 4 estrellas ha supuesto realizar una nueva distribución, optimizando al máximo la superficie disponible y adaptándose a las nuevas necesidades de del establecimiento.

El cambio de la distribución de los espacios de trabajo en la planta baja ha permitido ampliar el lobby y ha mejorado tanto el espacio como la orientación de la zona de recepción.

El restaurante, ubicado en la planta tercera, también ha sido totalmente rediseñado: ahora se otorga el protagonismo a una gran barra central, lo que permite generar tres zonas distintas.

Igualmente, el spa se ha reubicado al otro lado de la terraza.

En las plantas de habitaciones, si bien no se ha modificado el número de estancias, el mayor cambio se da en las suites, ahora más espaciosas gracias a la eliminación de espacios residuales.

A nivel conceptual, los pasillos entran en todas las habitaciones generando un pequeño espacio de recibidor, que da acceso a las diferentes estancias de cada habitación Si bien se trata de una distribución abierta, el uso de materiales y la forma en que se distribuye espacio hacen que cada zona se entienda por sí misma, sin necesidad de otros cierres.

Azul y terracota

El rediseño del hotel ha apostado por dos colores que articulan todos los espacios, el azul y el tono terracota, que definen toda la materialidad, bien mimetizándose, bien por contraste. El hormigón, por su parte, actúa como elemento unificador entre las distintas áreas.

El azul, presente en pavimentos, techos y acabados, define uno de los prismas de habitaciones, el spa y el restaurante. El terracota se utiliza en el otro prisma y también en el restaurante para desayunos. La planta baja juega con los dos colores para separar los distintos usos: azul para la recepción y terracota para el bar.

Un par de elementos originales se conservan como referentes al pasado: la silla Gaulino, diseñada por Tusquets, reinterpretada con un esmalte acorde a la nueva gama de colores, y las lámparas Tolomeo.

El hotel Princess Barcelona se distingue por su carácter único, que mantiene y su conexión con la ciudad. La renovación ha logrado preservar la esencia del edificio original, al tiempo que lo ha adaptado a las necesidades del viajero contemporáneo. El resultado es un alojamiento que ofrece «una experiencia memorable y auténtica», aseguran sus autores.