Algunos hoteleros no quieren franquiciar sus establecimientos o integrarlos en cadenas por miedo a perder carisma. El interiorista Jordi Cuenca, de Área Arquitectura, explica que seguir los estándares de calidad de las grandes cadena no está reñido con un interiorismo con personalidad propia, pero sí supone un gran valor añadido para el hotel.


Jordi Cuenca, socio-fundador de Área Arquitectura, da dos ejemplos exitosos de reconversión hotelera: establecimientos que han pasado a formar parte de cadenas hoteleras internacionales: DoubleTree by Hilton Madrid PradoMercure Barcelona Condor.
“Uno de los proyectos más especiales de reconversión de un edificio protegido que hemos llevado a cabo fue la intervención en el hotel Madrid Prado”, explica Jordi Cuenca. En todo momento el proyecto de interiorismo tuvo en consideración la historia y arquitectura del edificio, que en parte está protegido por ser patrimonio histórico de la ciudad.
«En este proyecto conseguimos aunar la funcionalidad y las necesidades de estandarización de la marca DoubleTree By Hilton gracias a una estudiada mezcla de diseño actual con el estilo arquitectónico clásico. Mármol, maderas nobles, moquetas, hierro negro, papel pintado… logramos mantener la esencia del establecimiento con un diseño atemporal con sabor a modernidad y acento clásico a la vez».

hotel DoubleTree by Hilton Madrid Prado + profesionalhoreca
El look clásico, elegante y atemporal del hotel DoubleTree by Hilton Madrid Prado, de Área Arquitectura

El hotel Mercure Barcelona Condor es otro buen ejemplo de reposicionamiento, realizado también para el mismo gestor, la compañía Panoram Hotel Management. El hotel es fruto del proyecto de ampliación de categoría llevado a cabo en el anteriormente denominado Hotel Alberta, en Barcelona.
Este hotel, en pleno centro de la ciudad, debía renovarse para adaptarse a la filosofía de la marca Mercure, perteneciente al gigante hotelero Accor, basada en una inmersión completa en el destino; en este caso la decoración tiene una importancia básica para mostrar un gran respeto por la cultura local y la personalidad de Barcelona.
El objetivo se logró captando la atención de los clientes a su llegada al hotel mediante art work, con un relato artístico en todo el hotel. El de recepción, firmado por la popular diseñadora española Paula Bonet, decora el hall. En las 78 habitaciones los huéspedes encuentran un guiño a la literatura del siglo XX: en los cabezales de las camas se han incluido poemas del escritor y periodista Josep Pla con el sello inconfundible de la ilustradora Tiscar Espadas. Por otra parte, el diseño de los baños, blanco y gris, está inspirado en los dibujos de los pavimentos hidráulicos típicos de la Barcelona de los años 20. Detalles, en definitiva, que retoman la esencia del edificio a través de la cultura y el arte, sin perder de vista la importancia de su nueva condición de hotel internacional gracias a la  marca que representa.
Hotel Mercure Barcelona Condor + Profesionalhoreca
Azulejos de estilo hidráulico en el baño, arte en las paredes, modernidad… el hotel Mercure Barcelona Condor se inspira en la Ciudad Condal y destila personalidad

Dos buenos ejemplos, en definitiva, de la puesta en valor de los atributos propios del hotel y de su entorno, sumando los estándares de calidad de una reconocida marca hotelera a nivel internacional.

Una oportunidad de negocio

Algunos hoteleros son muy reticentes a reconvertir sus establecimientos bajo el paraguas de una cadena hotelera por el miedo a perder la personalidad del mismo al tener que someterlo a los estrictos estándares de calidad de una cadena internacional, aún a sabiendas de que el cambio puede suponer una excelente oportunidad de negocio para llegar a un tipo de cliente internacional «que de otra manera sería imposible conseguir», señala Jordi Cuenca.

Asumir la conceptualización de un hotel con una marca y modificar las instalaciones para adaptar el establecimiento a sus requerimientos y estándares de calidad no debe restar en absoluto personalidad al hotel

En opinión de este experto en proyectos de interiorismo hotelero y project management para hostelería, “asumir la conceptualización de un hotel con una marca y modificar las instalaciones para adaptar el establecimiento a sus requerimientos y estándares de calidad no debe restar en absoluto personalidad al hotel”.
“Tendemos a pensar que el hotel pasará a ser un producto más, como hecho en serie, pero no es así, primero porque las especiales características de cada edificio ya de por sí lo condicionan enormemente y lo hacen especial. Pero además no hay que olvidar su entorno, su historia, la cultura del lugar donde se halla… Sin duda, incluir los estándares de calidad de una marca es mejorar el producto, no es repetir un hotel igual que otro en una y otra ciudad. Eso no sería beneficioso ni para el hotelero ni para el cliente ni tampoco para la marca que representa”, concluye.