Adiós a Sergi Arola Restaurante. El establecimiento gastronómico madrileño, con dos estrellas Michelin y tres soles en la guía Repsol, cierra sus puertas; el divorcio de sus propietarios, Sergi Arola y Sara Fort, y los problemas económicos acaban con uno de referentes en la restauración madrileña.

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Sergi Arola

Tras casi 20 años trabajando juntos, desde la apertura de La Broche, Sergi Arola y Sara Fort acaban su relación profesional, con la que han conseguido grandes  reconocimientos como chef y responsable de sala, respectivamente.
La decisión de cerrar un negocio como Sergi Arola Restaurante, situado en la madrileña calle Zurbano, «no ha sido fácil», se explica en el comunicado enviado a la prensa, «pero toda etapa llega a su fin, y la de Sara Fort y Sergi Arola como compañeros de fatigas acaba de hacerlo».
Una relación profesional que comenzó en el galardonado La Broche, en el hotel Miguel Ángel, y que acaba casi 20 años después, tras numerosos éxitos, un divorcio (hace cuatro años) y graves problemas con las distintas administraciones que hicieron zozobrar la sociedad Fortarola S.L.
En 2013, Hacienda precintó parte de las instalaciones del entonces Sergi Arola Gastro por una deuda de 148.000 euros con la Agencia Tributaria y de 160.000 con la Seguridad Social, lo que obligó al cierre del restaurante durante dos semanas.

La dificultad de mantener un restaurante de estas características y la decisión de romper con su relación profesional lleva a Sergi Arola y Sara Fort al cierre de su buque insignia, Sergi Arola Restaurante, y de la vermutería ubicada en la planta baja del mismo, Sot

Ahora, la dificultad de mantener un restaurante de estas características  y la decisión de romper también con su relación profesional lleva al cierre del buque insignia, Sergi Arola Restaurante, y de la vermutería ubicada en la planta baja del mismo, Sot.
El incansable chef, «hijo» de El Bulli y una de las grandes figuras de la restauración española, seguirá como hasta ahora gestionando sus diferentes negocios y asesorías por el mundo, «viajando como hasta ahora para gestar nuevas y sorprendentes ideas».
El de Sergi Arola es el segundo dos estrellas Michelin que cierra en España tras El Racó de Can Fabes, que lo hizo tras el fallecimiento de su chef y propietario, Santi Santamaría.
Una mala noticia, en todo caso, en el panorama gastronómico madrileño, que pone encima de la mesa varias cuestiones. Por un lado, la escasa o incluso nula rentabilidad de los restaurantes gastronómicos en un momento como el actual, que obliga a las figuras de la alta cocina a buscar ingresos en otras actividades como asesorías o la inversión en otros conceptos de restauración más asequibles. Por otro, si el nivel de un restaurante gastronómico exige la presencia continua del chef «estrella» en el negocio, por muy buen equipo que tenga detrás.