/p>>«Ahora viene lo más duro», afirma el cocinero Sergi Arola después de que Hacienda haya levantado el embargo que le impuso por sorpresa hace dos semanas a su restaurante madrileño Gastro. El cocinero catalán ve el vaso «medio lleno», pero afirma que se encuentra con «muchas ganas» de seguir hacia adelante.

Interior de Gastro, el restaurante gastronómico de Sergi Arola en Madrid
Interior de Gastro, el restaurante gastronómico de Sergi Arola en Madrid

«Tenemos una mezcla muy compleja de sentimientos: estamos con muchas ganas porque es nuestra vida. Desde el primer momento nosotros hemos cometido errores y los hemos asumido, y en ese momento los asumimos de la manera que un empresario tiene que admitir sus errores: acudiendo a la Agencia Tributaria y diciendo que somos conscientes de la situación y queremos poner remedio», ha declarado Sergi Arola a Efe.
Consciente de su responsabilidad con Hacienda y la Seguridad Social, el cocinero ha reconocido que ahora le llega «lo más duro», porque el restaurante necesita facturar y el cierre ha coincidido con la semana del orgullo gay, uno de los momentos álgidos del año para su local. Durante esas dos semanas Arola Gastro ha perdido alrededor de 6.000 euros al día.
Aunque el chef no ha querido desvelar los detalles del acuerdo alcanzado para solventar la deuda, que asciende a 148.000 euros con la Agencia Tributaria y 160.000 con la Seguridad Social, medios como El Confidencial publican cifras: 20.000 euros como pago inicial y 3.500 euros  al mes durante tres años. El chef sí ha confirmado que asumir el pago les supondrá «muchísimo sacrificio».
Arola ha dejado muy claro que «en ningún momento» no ha querido pagar. «Es una cuestión de responsabilidad empresarial», ha declarado a Efe. «Mi responsabilidad primera y única, desde el primer día que abrí el restaurante hace 18 años (en referencia al restaurante La Broche, abierto en 1977), es pagar a mis empleados«.
Ahora, al cocinero le preocupa de qué modo recuperan la actividad «lo antes posible» para volver a facturar y pagar las deudas adquiridas.
En este sentido, el cocinero ha puesto a la venta en Twitter uno de sus bienes más preciados: su moto Harley Davidson. «Queridos todos, me veo obligado a vender mi pequeña», ha escrito en la red social. Previamente ya había puesto a la venta su chalet de dos plantas en Chamartín, por unos 825.000 euros.
El chef prosigue su actividad en el otro restaurante que tiene en Madrid, Vi Cool, situado en la calle Huertas y  con una oferta más asequible, así como en el resto de locales que asesora en España y en otros países.
Respecto a sus declaraciones en las que no descartaba «hacer las maletas», Arola ha declarado que «se abre un periodo, pero no tanto de plantear medidas». El catalán ha tenido muchas ofertas de cadenas hosteleras en Asia, Europa y América para montar un restaurante con «pretensiones gastronómicas», pero ahora quiere reflexionar sobre es su futuro y «la fragilidad» de sus proyectos.
Nuevos proyectos para Gastro
Esta experiencia ha servido a los propietarios de Arola Gastro para pensar en nuevas ideas para el mismo, según ha revelado Sara Fort, jefa de sala y finalista en el pasado Premio Nacional de Gastronomía como Mejor Director de Sala. «Queremos potenciar el restaurante y abrir en la zona de coctelería un taller. Esto sería una buena opción para que el cliente pudiera tener dos opciones, un restaurante más asequible, pero con elegancia, y el gastronómico, que tiene que estar siempre», ha declarado a Efe.