El crecimiento exponencial de Airbnb en los últimos años se ha convertido en una amenaza real para el sector del alojamiento reglado. ¿Pueden los hoteleros competir con esta todopoderosa plataforma? Desde Gananci nos dan algunas claves para ello:
En el año 2008 se fundó Airbnb, una plataforma en que los usuarios pueden elegir dónde hospedarse sin importar si su viaje es de turismo, placer o netamente de negocios. La idea inicial era que personas «normales», sin necesidad de tener conocimientos en turismo o en hotelería, pudieran ofrecer habitaciones de sus hogares a terceros por precios mucho menores que el promedio del mercado.
Es decir, cuando se concibió el concepto parecía realmente una situación «ganar-ganar». Ganaban los anfitriones, porque percibían un poco de dinero extra solo por mantener la habitación en condiciones decentes (sin necesidad de lujo); así lo contaba un anfitrión de Aribnb en Gananci. Y ganaban también los huéspedes, que se hospedaban en un hogar «seguro» y de manera muy económica.
Hasta ahí todo muy bonito… y utópico. Con el tiempo todo esto se convirtió en un negocio gigante que en la actualidad está valorado en alrededor de 30 billones de dólares. Además, la plataforma ya ano se encarga solamente de conectar a dueños de casas con posibles huéspedes:
Airbnb sigue expandiéndose, y ya se comenta que busca fusionarse con otras aplicaciones para que sea posible gestionar reservas de restaurantes y hasta vuelos desde la misma plataforma, entre otras características que desean seguir incorporando
– En la actualidad, la plataforma ha crecido tanto en huéspedes como en anfitriones: ya hay más de dos millones de anuncios de servicios en Airbnb, distribuidos en aproximadamente 34.000 ciudades en todo el mundo. Ya no solamente se trata de personas «solidarias» que alquilan una habitación de su casa a turistas ahorradores, sino que cada vez se ofertan más casas o viviendas casas solas y lujosas en Airbnb. Es decir, muchas personas están aprovechando la plataforma como un lucrativo negocio de alojamiento sin que su actividad esté regulada ni sometida a impuestos, como ocurre con el alojamiento reglado
– La actividad de Airbnb va más allá del alojamiento: su nueva propuesta, Trips, no solo ofrece alojamiento, sino excursiones y todo tipo de actividades que puede contratar el usuario a sus anfitriones amateurs. Básicamente estos actúan como agencias de viaje organizando todo, sin que se les requiera formación o requisitos legales para ofrecer este tipo de servicios.
– Airbnb sigue expandiéndose, y ya se comenta que busca fusionarse con otras aplicaciones para que sea posible gestionar reservas de restaurantes y hasta vuelos desde la misma plataforma, entre otras características que desean seguir incorporando.
En definitiva, Airbnb ha pasado de ser una excelente opción para viajeros ahorradores a convertirse en competencia directa y «desleal» para los hoteleros, sin mencionar los problemas añadidos de falta de vivienda de alquiler, saturación de las zonas turísticas, gentrificación…. Por ello ciudades como Los Ángeles, San Francisco o Nueva York han empezado a legislar de manera restrictiva para la plataforma.
Airbnb puede ser (o es) un problema para la hotelería. Sin embargo, hay maneras de competir con esta plataforma:
– Flexibilidad: una de las características que más gusta a los usuarios de Airbnb es que los hospedajes suelen ser muy flexibles, y si encuentran uno que no lo es, directamente eligen otro. Detalles especiales como crear un área donde se acepten mascotas, u ofrecer actividades con ellos, serán muy bien recibidos por los huéspedes del hotel, o crear, por ejemplo, un área de fumadores que no interfiera con el resto del establecimiento. La idea es ser originales y satisfacer las diferentes necesidades que puedan tener los huéspedes.
Para competir con Airnbnb la idea es ser flexibles y originales a la hora de satisfacer las diferentes necesidades que puedan tener los huéspedes, y resaltar las características que el hotel tiene y que la plataforma no ofrece
– Resaltar las características que el hotel tiene y que Airbnb no ofrece. Por ejemplo, una de las quejas más comunes por parte de los huéspedes que se quedan en casas alquiladas a través de Airbnb, es que no existe la posibilidad de socializar en el alojamiento. Los hoteles cuentan con la infraestructura para dar este tipo de servicios y pueden organizar actividades (noches temáticas, fiestas, shows…) que son maneras de ofrecer entretenimiento a los huéspedes sin tener que salir del establecimiento. Lo ideal es que los eventos estén abiertos al público en general.
– Ofrecer alternativas para abaratar abaratar costes, algo que conocen muy bien los hoteles low cost, fans del concepto de pagar sólo por lo que realmente se usa.
– Tener una fuerte presencia en Internet: hoy más que nunca es absolutamente necesario estar presente en Internet con una página web bien hecha y actualizada y con fuerte presencia en las redes sociales. Invertir en marketing digital es sin duda interesante, aunque no todas las opciones de promoción en la red suponen la inversión de dinero.
A nuevos competidores… nuevas soluciones.