Hungría, precisamente el país anfitrión, se ha alzado como ganadora de esta eliminatoria europea del Bocuse d’Or, seguida de Noruega y Suecia, que se han llevado la plata y el bronce, respectivamente.
Un total de 11 participantes han ganado la plaza para participar en la fase mundial de Lyon (Francia) en 2017. Desafortunadamente, el equipo español no ha logrado clasificarse entre ellos (a los tres vencedores se les suman Francia, Islandia, Finlandia, Holanda, Suiza, Bélgica, Dinamarca y Estonia). Se han entregado también los premios al Mejor Ayudante, que ha recaído en Suecia; el Especial de Pescado, que ha sido para Islandia, y el Especial de Carne, otorgado a Francia.
Veinte chefs de toda Europa han concursado los días 10 y 11 de mayo en Budapest, en la final europea del Bocuse d’Or, el concurso culinario más importante del mundo, considerado como los oscars de la gastronomía. La capital húngara se ha convertido por unos días en un centro gastronómico internacional y actualmente puede presumir de tener una de las mejores cocinas europeas. El concurso se ha llevado a cabo en el marco de la feria profesional de hostelería Sirha Budapest.
Los 20 equipos prepararon platos utilizando ciervo rojo y esturión con su caviar, los ingredientes obligatorios. Los cocineros contaron con cinco horas y 35 minutos para presentar 14 platos de carne y otros tantos de pescado.
La propuesta española
El equipo español, formado por el chef Juan Manuel Salgado; su ayudante Adria Viladomat; el coach y los chefs con estrella Michelin, Juan Manuel Miguel y Adolfo Muñoz, en calidad de presidente, elaboró 14 raciones de pescado, con el nombre «Pescator», un suquet típico del Mediterráneo con esturión, jugos de cangrejo de río, pimentón de la Vera (Extremadura), azafrán y aceite de oliva virgen extra.
También preparó también 14 raciones de carne, diez en bandeja y cuatro emplatadas, bajo el nombre Venator, que incluía, además del preceptivo ciervo, paté de ciervo, AOVE, jamón de la Dehesa de Extremadura y vino de Jerez, entre otros ingredientes autóctonos españoles.
La propuesta culinaria española se ha basado en el producto, y concretamente en la unión del ser humano con el medio ambiente y las tradiciones ancestrales. Los dos nombres de los platos provenían del libro ‘The Compleat Angler’, escrito por Izaac Walton en el año 1653 y que relata las aventuras de un maestro pescador y su pupilo cazador que se cruzan con otros personajes y reflexionan sobre el arte, la vida, la naturaleza…
Según la organización nacional española, “se ha trabajado muy duro y en equipo. Estamos seguros de que el próximo certamen conseguiremos una mejor clasificación y participaremos en Francia”.
Por su parte el cocinero extremeño Juan Manuel Salgado, cabeza del equipo, explica que se queda «con el grandísimo equipo que hemos conseguido. Ha sido y será un apoyo continuo y nos sentimos muy orgullosos y satisfechos con el trabajo realizado. Este es solo el comienzo de una nueva etapa”.
España continúa con su tradicional mala suerte en este concurso, pese a contar con el mejor restaurante del mundo, el Celler de Can Roca, según la lista Restaurant, y 211 estrellas Michelin repartidas por todo el territorio nacional. En la última edición el representante español quedó en el puesto 23 sobre 24, sólo por encima del de Guatemala.
Hungría, flamante vencedora
Tamás Széll, de 33 años, el chef del restaurante Onyx de Budapest (uno de los primeros que consiguió una estrella Michelin) y considerado uno de los mejores cocineros de Hungría, ha sido el ganador del Bocuse d´Or europeo y competirá, junto a otros 23 chefs de todo el mundo, por hacerse con título mundial en 2017 en Lyon.
Tamás Széll no era nuevo en el Bocuse d’Or: ya quedó en décimo lugar en 2013, logrando el mejor resultado para un país que participaba por primera vez. Su compatriota Gábor de Molnár logró el puesto 13 en la última edición.
El Bocuse d’Or, que se celebra cada dos años, es el mayor desafío que existe para los cocineros de todo el mundo, y las ciudades compiten duramente para albergar sus semifinales, por lo que es todo un logro que Budapest haya logrado organizar la final europea. Al elegirla, la organización del concurso valoró las tradiciones gastronómicas de Hungría y el entusiasmo que encontraron dentro de la capital húngara, dispuesta a convertirse un bastión gastronómico a nivel internacional.
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